viernes, 03 de mayo de 2024
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El Papa habló de la Fortaleza, virtud para las luchas internas y externas

Es “Mejor entonces invocar al Espíritu Santo y afrontarlo todo con paciente fortaleza”, dijo Francisco en la audiencia general de hoy.

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Foto: Screenshot Vatican Media

Redacción (10/04/2024 14:50, Gaudium Press) En la secuencia de las catequesis sobre las virtudes, de las audiencias de los miércoles, el Papa Francisco habló hoy acerca de la virtud de la Fortaleza, la cual “nos hace marineros resistentes que no se asustan ni se desaniman”.

La audiencia tuvo lugar en la Plaza de San Pedro.

Esta es “la más ‘combativa de las virtudes’, la que nos ayuda a dar fruto en la vida”, señaló el Pontífice.

La Fortaleza está ligada al ‘apetito irascible’, es decir al aspecto pasional del alma. Pasiones que no son siempre “el residuo de un pecado”, sino que hay que educarlas y orientarlas al bien. “Jesús tenía pasión”, dijo Francisco.

“Un cristiano sin valor, que no doblega sus propias fuerzas al bien, que no molesta a nadie, es un cristiano inútil. Jesús no es un Dios diáfano y aséptico, que no conoce las emociones humanas. Por el contrario. Ante la muerte de su amigo Lázaro, rompe a llorar; y en algunas de sus expresiones resplandece su espíritu apasionado”.

Para la lucha contra los enemigos internos y los externos

Según la filosofía antigua, la fortaleza tenía “un doble desarrollo, uno pasivo y otro activo”, y el Papa explica que el primero “se dirige hacia el interior de nosotros mismos”, para luchar contra esos “enemigos internos” como el miedo, la culpa y la angustia, por los que corremos el riesgo de quedarnos paralizados. Se trata de vencer la lucha “contra nosotros mismos”, observa Francisco, no cediendo a esos miedos que, en su mayoría, “son irreales y no se hacen realidad en absoluto”.

“Mejor entonces invocar al Espíritu Santo y afrontarlo todo con paciente fortaleza: un problema cada vez, según nuestras posibilidades, ¡pero no solos! El Señor está con nosotros, si confiamos en Él y buscamos sinceramente el bien. Entonces, en cada situación, podemos contar con que la Providencia de Dios será nuestro escudo y nuestra armadura”.

Pero la fortaleza es también para la lucha que hay que sostener contra los “enemigos externos, que son las pruebas de la vida”.

Frente a los acontecimientos imprevisibles de la existencia, la fortaleza “nos hace marineros resistentes, que no se asustan ni se desaniman”. Debemos, subraya el Papa, tomarnos “en serio el desafío del mal en el mundo”, no fingir que no existe:

“Basta ojear un libro de historia, o por desgracia incluso los periódicos, para descubrir las ‘nefandas’ de la que somos en parte víctimas y en parte protagonistas: guerras, violencia, esclavitud, opresión de los pobres, heridas que nunca han cicatrizado y que aún sangran.  La virtud de la fortaleza nos hace reaccionar y gritar un rotundo ‘no’ a todo esto”.

La fortaleza es particularmente necesaria a Occidente, que “lo ha aguado todo”:

“Necesitamos que alguien nos levante del “blando lugar” en el que nos hemos acostado y nos haga repetir con decisión nuestro “no” al mal y a todo lo que conduce a la indiferencia. ‘No’ al mal y ‘no’ a la indiferencia; «sí» al camino, al camino que nos hace avanzar y por el que debemos esforzarnos”, concluyó Francisco, invitando a mirar la fortaleza de Cristo presente en el Evangelio.

Con información de Vatican News.

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