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Madrid (Jueves, 13-12-2012, Gaudium Press) Con motivo de los 50 años del Concilio Vaticano II, la sección de Teología de la Real Academia de Doctores de España celebró una mesa redonda en la Biblioteca Complutense de Madrid. En el evento se recordó la defensa realizada por los teólogos españoles de la doctrina de la colaboración de la Santísima Virgen en la redención y su insistencia en la mención de San José en el capítulo VIII de la Constitución Dogmática Lumen Gentium.
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| Concilio Vaticano II. |
«Desde el siglo IV, con el poeta Prudencio, ya se afirma en España que la Virgen no tuvo pecado original y colaboró a la obra de la redención», recordó el padre Enrique Llamas Martínez, Presidente de la Asociación Mariológica de España, quien comentó que su afirmación de la corredención produjo un intenso debate en el Concilio. «Nos llamaron «inventores de doctrina»», lamentó, al explicar que esta tesis se encuentra íntimamente ligada al dogma de la Inmaculada Concepción.
«Tenemos toda una tradición y una riqueza de doctrina en los siglos XVI y XVII, en que se dice que ha colaborado con su Hijo a la obra de la Redención y por eso no podía estar bajo el pecado original», explicó. La Constitución Dogmática finalmente manifestó no tener «la intención de proponer una doctrina completa sobre María ni resolver las cuestiones que aún no ha dilucidado plenamente la investigación de los teólogos», lo cual pospuso la declaración formal de la Iglesia en esta materia.
Sobre su posición, el P. Llamas reafirmó la posición defendida por los teólogos españoles en el Concilio: «Colaboró, todos tenemos una misión, bajo la inspiración del Espíritu Santo, y el ejemplo principal de esta colaboración se consagró totalmente a la persona de Jesucristo sirviendo con diligencia al Misterio de la Redención, con Él y bajo Él, con razón se ha llamado instrumento no sólo pasivo, sino que cooperó a la salvación de los hombres con la fe y la obediencia libres».
«Dos Arzobispos orientales propusieron que se hablara de María como corredentora y mediadora», recordó el sacerdote. Los prelados también pidieron «que se corrigiera el capítulo para introducir el nombre de San José (…). Un Arzobispo de Haití (francés) presentó un trabajo diciendo que había un vacío enorme al no incluir a San José». El doctor en Teología lamentó que no se hubiera atendido esta solicitud. «María no era una mujer soltera, era una Virgen desposada. El capítulo VIII debió tener la delicadeza de decir que la Virgen era Madre del Hijo de Dios y esposa virginal de San José».
La Josefología, o estudio de San José, es aún una rama de la teología poco estudiada y de la cual podrían extraerse aplicaciones muy actuales. El descuido en esta materia representa para el P. Llamas una grave carencia. «No se ha podido hacer una doctrina para la familia, a partir del Concilio, para dignificar la paternidad. Había más teólogos que se hubieran inclinado por esclarecer el Misterio de la Encarnación», concluyó.
Con información de Zenit.
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