domingo, 19 de mayo de 2024
Gaudium news > Arquitectura, Filosofía y Pastoral

Arquitectura, Filosofía y Pastoral

Redacción (Jueves, 19-04-2012, Gaudium Press) «La filosofia è quella cosa con la quale o senza la quale il mondo va tale e quale».

Con este pintoresco dicho, los italianos consignaron su inapelable, y quizá sensata, sentencia a respecto de las escuelas de pensamiento que se abstraen del hecho concreto y, sin poner nunca los pies en la tierra, construyen complejos sistemas cada vez más etéreos, oscuros y contradictorios. Incomprensibles, en fin.

Aunque, ¿siempre será así? ¿No podrían existir filosofías que estuvieran introducidas en la realidad palpable del día a día, influenciando la vida de los hombres, incluso sin que ellos se dieran cuenta?

11229_M_73b3850b.jpg
«Esbelta, desafiando la fuerza de la gravedad en busca de una levedad mayor, favoreciendo la luz y los colores…»

De hecho, las personas tienen su mentalidad y su manera de ser fuertemente condicionadas por el ambiente en el que viven y por la filosofía que impera en él. Como consecuencia, nuevas costumbres, nuevas instituciones y hasta civilizaciones surgen conforme a ese ambiente y esas ideas.

¿No es verdad que la moda, el arte, la cultura y los propios estilos arquitectónicos, en general, reflejan la filosofía predominante del momento?

Si nos restringimos al terreno de la arquitectura, una mirada atrás en la Historia podría corroborar, al menos en líneas generales, esa hipótesis. Las columnas dóricas, por ejemplo, ¿no serían una expresión del pensamiento clásico? Versalles y el racionalismo: ¿qué reglas -comunes a uno y a otro- podrían ser identificadas?

La misma pregunta nos haríamos con relación al existencialismo y la arquitectura llamada de moderna.

La Iglesia al principio de la Edad Media, tras el largo período de las catacumbas y de las persecuciones que poblaron de mártires el Cielo, estaba construyendo una nueva civilización. Su reflexión aún no delimitaría con nitidez el terreno de la filosofía y de la teología, que sólo tendría lugar en los siglos XII y XIII. Era el tiempo de la arquitectura románica, tan recogida, tan fuerte, tan apropiada a favorecer el encuentro del alma con Dios, pero cautelosa a respecto de las alegrías que las criaturas nos pueden proporcionar.

Es de otra índole el mensaje que la catedral gótica transmite. Esbelta, desafiando la fuerza de la gravedad en busca de una levedad mayor, favoreciendo la luz y los colores, y procurando destacar el ‘pulchrum’, atrae hacia el bien, y armoniza la Fe y la razón. Cada uno de estos edificios, con su peculiar e inconfundible estilo, provoca exclamaciones de admiración y de arrebatamiento, nos eleva a lo transcendente y nos estimula a encontrar a Dios.

¿No es lo que también encontramos en la filosofía escolástica? ¿No es eso lo que especialmente Santo Tomás de Aquino nos enseña? Podríamos preguntarnos entonces: ¿qué relaciones existen entre el estilo gótico y la Escolástica?

Todas estas reflexiones, cumple destacar finalmente, nos abren una dimensión pastoral nada despreciable, la cual necesitamos tener en cuenta para poder obtener frutos en la evangelización, sobre todo con las nuevas generaciones.

(Editorial Rev. Heraldos del Evangelio – Marzo 2010)

 

Deje su Comentario

Noticias Relacionadas