Madrid (Martes, 18-12-2018, Gaudium Press) No es común que hable un exorcista, pues la verdad de este importantísimo ministerio al interior de la Iglesia es que no gusta de la publicidad. Pero cuando habla, normalmente retumban las palabras, pues sus realidades trascienden con claridad las fronteras de lo natural.
Lo hizo el P. Antonio María Rejano Caballero con Pablo Caro, de EFE. El sacerdote, de 47 años, es párroco de Jerez de los Caballeros y uno de los dos sacerdotes exorcistas encargados de este ministerio en Extremadura – España. Desde hace dos años recibió de su obispo la incumbencia de habérselas con el espíritu del mal afectando directamente a las personas.
Dice el presbítero que el ministerio del exorcistado requiere formación especial, pues «no es una realidad que te encuentres todos los días».
«Es algo que está saliendo a la luz ahora, antes estaba más oculto. En mis tiempos de seminarista no se sabía quién era en la diócesis y, sin embargo, ahora todo el mundo sabe quién es y que existe», dice el Padre Rejano, para quien ser exorcista «no es cuestión de fortaleza mental ni física, sino de tener fe y ser persona de oración».
Su ministerio exorcístico comúnmente se realiza con el apoyo de la oración laical: un grupo de oración laico lo acompaña, pues lo básico es «oración, oración y oración».
«Estas cosas suceden»
Además de recordar que antes del exorcismo se realiza todo un discernimiento en el que se descartan razones naturales para la situación del poseso, el sacerdote español relata lo sabido, que fenómenos extraordinarios ya van dando pistas de que se está en frente del príncipe de las tinieblas: visiones, hablar lenguas o dialectos ‘muertos’, olores por ejemplo a azufre, son algunos de ellos. Son cosas de las películas pero también de la realidad: «Estas cosas suceden».
Evidentemente la presentación del exorcismo en los medios dramatiza para atraer públicos; normalmente las cosas «no son tan exageradas». «Ni los hacemos de noche ni en penumbra, sino de día y con luz».
Entretanto, la hora de la verdad es cuando se inicia el ritual del exorcismo, «algo muy serio y muy profundo que los que lo hacemos desde la fe sufrimos con la persona a la que se le está realizando y eso es lo que de alguna manera nos tiene que hacer recapacitar, que no es solamente por el morbo, por decirlo de alguna manera».
No son los exorcismos «cosas de otros tiempos», sino que «es algo muy actual porque el demonio hoy está más presente que nunca en el mundo y a través de distintas acciones entra en las personas, porque hay falta de fe».
El Padre Rejano también hizo alusión a formas «externas» por las cuales el demonio puede introducirse en la vida de una persona, como la magia negra o la ouija, «que la gente piensa que son tonterías y no son tan tonterías, sino situaciones en las que uno puede recibir en ese momento la posesión del demonio y aparecer en otro momento de su vida».
Para el Padre Rejano la publicidad sobre los exorcismos puede provocar un cierto «efecto llamada» de personas que creen sufrir una posesión. Pero la entrevistas personales guiarán todos los procesos hacia las situaciones verdaderas.
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