Menú 
Nueva York (Miércoles, 19-12-2018, Gaudium Press) El escritor colombiano Antonio Martín de las Mulas, Abogado de profesión y convertido a la Iglesia Católica, recibió el pasado 13 de diciembre el Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística en una ceremonia celebrada en el Cervantes Institute de Nueva York, Estados Unidos. El premio fue conferido por su libro de poesía Viernes Santo, en el cual el poeta buscó reflejar la voz de Jesucristo en el Gólgota. En una entrevista concedida a la agencia Zenit, el poeta destacó el papel de la poesía como herramienta de Evangelización.
 |
| Antonio Martín de las Mulas recibe el Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística. Foto: Fundación Rielo. |
«El libro es el Viernes Santo, la crucifixión del Señor, donde se expone el kerigma, la buena noticia; el Señor nos está dando la buena noticia», expuso el autor. «No es un libro de poemas, sino un instrumento de evangelización para que el lector sepa que Dios le ama con locura, que le toma de la mano, que le consuela, que está ahí y le está diciendo te amo, te amo con locura. Es más, en el mismo proceso de creación, releyendo los poemas, sentía que me hablaba Jesucristo y se me saltaban las lágrimas».
Este propósito de evangelización es para el autor el sentido de toda la poesía mística, que se convierte en un camino a través del cual algunas personas podrían llegar a tener un primer encuentro con Cristo. «Los poemas de San Juan de la Cruz o de Santa Teresa de Jesús están en manos de muchos poetas que son paganos, y que los citan y se saben de memoria sus poesías. Esa poesía está haciendo su obra», comentó Martín de las Mulas. «Nosotros estamos llamados a sembrar y la semilla va creciendo en la oscuridad; mientras dormimos lentamente está actuando el Señor que ha entrado a través de una palabra de amor, de un poema, de una caricia, de un buen ejemplo… se trata de llevar al Señor por todas las vías».
El autor relató que constantemente se recuerda a sí mismo el hecho de que la habilidad poética es un don recibido de Dios y que por tanto es Él quién merece los honores: «Adjudicarme el premio me hace sentir mal, pues tengo claro que todo es obra del Señor y a Él se lo entrego». A la edad de 20 años ingresó un taller de poesía y comenzó a desarrollar su habilidad a través de la lectura, ejercicios, intentos de redacción y práctica del ritmo necesario para este arte. Su influencia actual más notable es el ganador de este mismo premio del año 1999, Julio Martín Eladio de Ximeno.
Pero finalmente la fuente inspiración del poeta fue su propia experiencia de conversión, después de haberse alejado de la fe por un enfoque errado en la filosofía. «Ese es el problema de la filosofía, que para ser auténtica debe partir de una experiencia religiosa, tiene que estar arraigada en la fe», alertó. «De alguna manera, lo que es la vida interior, la vida espiritual, para alcanzar la perfección tiene que pasar por crucificar la razón, para que el racionalismo con toda su lógica aplastante no nos aleje de los caminos de Dios».
El autor estuvo ausente de la Iglesia completamente durante 17 años. «Fue a partir del derramamiento del Espíritu Santo en mi corazón cuando viví lo que San Juan de la Cruz llamó un toque de sustancia, un encuentro personal con el Señor, en donde vives una experiencia de enamoramiento»,recordó. Esta experiencia es la base de su poesía. «Al igual que hace un novio con su novia, en la poesía mística no es ni más ni menos que vivir ese noviazgo con el Señor, en el que le das toda tu vida, les ofreces todos tus sufrimientos, y la poesía mística, que es un canto de amor a Él».
Con información de Zenit.
Deje su Comentario