Fátima – Portugal (Viernes, 28-12-2018, Gaudium Press) En la homilía de la Misa que presidió en la Basílica de la Santísima Trinidad, en el Santuario de Fátima, el Padre Carlos Cabecinhas, Rector del Santuario, habló de la importancia de volver a «traer a Jesucristo para la navidad».
María: modelo para el tiempo de Adviento
El Padre Cabecinhas recordó que en el momento final de Adviento, donde la liturgia habla de los acontecimientos que antecedieron al nacimiento de Jesús, la figura que «emerge» es naturalmente María, por ser «el mejor modelo de vivencia de este tiempo de Adviento, precisamente por haber sido ella quien vivió de modo más intenso el primer Adviento y, como nadie, la expectativa del nacimiento de Jesús, su hijo».
La alegría creciente de Adviento
«La alegría que acompaña, creciente, a lo largo del tiempo de Adviento y que marca la celebración de la Navidad, es una alegría verdadera porque el Señor está próximo y se hace presente, de muchos modos en nuestra vida», dijo, afirmando además que este sentimiento es «de alguien que espera alguien querido».
Cada persona es desafiada «a aprender con María y como María a traer de nuevo a Jesús a la celebración de la Navidad», acentuó el Rector del Santuario de Fátima.
Llevar a Jesús de nuevo a la Navidad
Padre Carlos alertó que «puede parecer extraño decir esto así, pero si miramos bien, tal vez no sea así tan raro, porque la Navidad ha perdido su contenido Cristiano y hoy cuando se habla de Navidad, las referencias a Jesús y a su nacimiento, que es el acontecimiento que está en el origen y da sentido a la Navidad, prácticamente desaparecieron, y así somos invitados con María a llevar a Jesús de nuevo para la Navidad».
Un vago espíritu de Navidad
En los días que corren, «se habla más fácilmente de un cualquier vago «espíritu de Navidad», «que del nacimiento de Jesús y esto es preocupante», dijo el Rector, cuestionando en seguida: «Se habla de un espíritu de Navidad, ¿pero qué eso? ¿Concretamente qué significa?». Y dejó un desafío para cada peregrino: «Traer de nuevo a Jesucristo para el centro de nuestra Navidad cristiana».
«La Navidad se presenta cada vez más como la fiesta de la familia, fiesta del amor universal, la fiesta de la paz, y es todo eso pero no es apenas eso»; el gran riesgo es que en este contexto «sean los regalos y la cena que tomen toda nuestra atención».
Solo Jesús da sentido a la Navidad
«Porque es con Jesucristo que todo el resto adquiere sentido: ganan sentido los árboles de Navidad y las luces que adornan nuestras calles y nuestras casas, porque Jesús viene como verdadera luz; ganan sentido los regalos y los encuentros de familia; ganan sentido las campañas de solidaridad y los apelos a la paz…
No podemos perder eso, porque todo el resto se desmorona como un castillo de cartas, y todo esto es un riesgo natural, de tener una Navidad vacía, con un espíritu algo vago, que ninguno de nosotros consigue definir», reiteró el Rector.
Alegría, testimoniar la Fe
Según el Rector, «¡es con Él y por causa de Él que la Navidad es momento de alegría! Nos cabe juntamente con María llevar a Jesucristo de regreso a la Navidad», y «es verdad que vivimos en sociedades cada vez más plurales, donde un grupo significativo de personas no se identifica con la fe cristiana y que nos merecen el mayor respeto, sin embargo, respeto, no implica, ni puede implicar, que dejemos de testimoniar nuestra fe».
«No tenemos por qué avergonzarnos de Jesucristo, ese Jesucristo que está en el pesebre, en el centro de la celebración de la navidad y de nuestra fe», afirmó.
Por eso, el Padre Carlos Cabecinhas desafió a cada peregrino a «llevar a otros, sobre todo por el testimonio de nuestra vida, el mensaje feliz de que Jesucristo viene a nuestra vida; nos cabe a nosotros, cristianos, traer de nuevo a Jesús a la celebración de la Navidad, no nos avergonzamos del pesebre que tiene a Jesucristo en su centro. Nos cabe a nosotros, cristianos, restituir a Jesús a la fiesta de la Navidad». (JSG)
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