Turín (Viernes, 28-12-2018, Gaudium Press) Carlo Tancredi Falletti, fue el último marqués de Barolo. Él, junto con su esposa, la marquesa Giulia Colbert, podría convertirse muy pronto en beato. Según ha noticiado la agencia de información de los Salesianos ANS, el Papa Francisco, el 21 de diciembre, autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos promulgar el Decreto de su venerabilidad. El 5 de mayo de 2015 la misma congregación ya había promulgado el decreto de las virtudes heroicas de la Sierva de Dios de Giulua Colbert.
Los marqueses de Barolo eran una feliz pareja, movidos por la fe e inspirados por el Evangelio, de Turín de principios del siglo XIX. Carlo nació en esta ciudad italiana el 26 de octubre de 1782, destacándose por su inteligencia, su sentido de la justicia y una gran tendencia a promover los bienes. Su esposa nació el 26 de junio de 1786 en el Castillo de Maulévrier, en Vendèe, Francia, creciendo con una profunda espiritualidad.
Se conocieron en la Corte de Napoleón, contrayendo matrimonio el 18 de agosto de 1806, fundando su unión en la caridad, y en una fe firme.
Marqueses de Barolo / Foto: Suore di Santa’Anna. |
Al no poder tener hijos, los esposos y marqueses deciden ser apóstoles de la caridad cristiana, haciendo de los pobres de Turín sus hijos y convirtiéndose en administradores de sus bienes en el servicio de los más necesitados con la promoción de diversas obras caritativas, como escuelas, hospitales y guarderías, además de diferentes iniciativas para la promoción humana.
Una de sus obras más importantes fue la fundación en Turín de la Congregación de las Hermanas de Santa Ana, en 1834, siendo instrumento de Dios para los niños más pobres y abandonados de las calles. Una comunidad que se extendió pronto por el Piamonte Italiano, luego en el resto de Italia.
La Congregación recibió la aprobación pontificia el 8 de marzo de 1846 y hoy está presente en varios países, entre ellos Estados Unidos, México, Perú, Brasil, Argentina, Suiza, Camerún, India y Filipinas.
Carlo también se dedicó a la formación de niños y jóvenes a través de la educación preventiva, y por más de 20 años ocupó importantes cargos políticos, entre ellos como alcalde de Turín, que mostraron su equilibrio para enfrentar situaciones difíciles. Junto a su esposa debió enfrentar la epidemia de cólera que afectó a la ciudad en el año 1835, dedicándose ellos mismos a rescatar a los afectados.
En el verano de 1838 el marqués ve disminuida su salud, y le recomiendan viajar a la región alpina de Tirol. Desafortunadamente durante el viaje, cuando se hallaba en una posada de Chiari, fallece en los brazos de su esposa. Era el 4 de septiembre de 1838.
La marquesa, como viuda, continuó su legado de su esposo, fundando diferentes obras en beneficio de los más necesitados de Turín, incluso conoció a San Juan Bosco, quien también promovió a la juventud pobre de Turín. Fue ella quien financió la construcción del a Iglesia de Santa Giulia en Turín, dedicada a Santa Giulia di Corsica. Falleció en esta ciudad italiana el 19 de enero de 1864.
Los marqueses y esposos son hoy modelo de santidad, por esta razón se está impulsando la causa de ambos para que los dos, juntos, sean proclamados beatos.
Con información de ANS.
Deje su Comentario