Managua (Miércoles, 02-01-2018, Gaudium Press) El Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, señaló que recibió información de que «podrían haber algunas tensiones» en la procesión que tradicionalmente se realiza en Año Nuevo en Managua, y por eso se decidió cancelarla.
Esta procesión, que se realiza desde 1968, primero fue llamada procesión de los varones, pues inicialmente «iban los varones acompañando al Santísimo Sacramento». Pero «la fiesta se fue popularizando de tal manera que después ya no fue de los varones sino que fue de la familia, de tal manera que se inicia el año con una procesión poniéndose en las manos de Jesús Eucaristía», expresó Fray Silvio Romero, vicario de la Catedral de Managua. Es la primera vez que la procesión se cancela.
«Habíamos recibido algunas informaciones de que podían haber algunas tensiones en el camino y entonces para evitar (…) Nos llegaba la información, pero no se decía de parte de quién, solo nos decían que podían haber algunas tensiones, entonces para evitar choques, pienso que sería eso, consultamos a los sacerdotes, oramos muchísimo y determinamos que era lo mejor», indicó el Cardenal Brenes.
Un hecho que también fue inédito
También fue inédito en la historia de las procesiones de Año Nuevo en Managua, el que la Policía rodease la Catedral de Managua y las vías aledañas al templo, lo que para muchos constituyó una intimidación. En todo caso, el Arzobispo de Managua señaló que se contaba con el permiso policial para realizar la peregrinación.
Entretanto, en declaraciones recogidas por el diario La Prensa, el analista José Pallais afirmó que las autoridades del régimen «temían que la peregrinación se convirtiera en una expresión de rechazo al régimen porque la gente iba a llevar las banderas azul y blanco de la patria, junto a la amarilla y blanca de la Iglesia y eso se iba a interpretar como un repudio a la política de represión, y la expresión de ansias de libertad que hay en los nicaragüenses».
Aumenta solicitud de refugio de nicaragüenses en Costa Rica
A mediados de octubre del año pasado la directora de Migración y Extranjería costarricense, Raquel Vargas, señaló que había recibido desde junio 30.000 solicitudes de refugio de nicaragüenses. Antes de la crisis política desatada en abril, esos pedidos eran mínimos.
Del total de solicitudes de refugio recibidas por el gobierno de Costa Rica hasta noviembre pasado, 82 % correspondía a nicaragüenses obligados al exilio forzado.
El presidente de la Asociación Nicaraguense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva, quien también se encuentra en Costa Rica en exilio forzado afirmó que más de doscientas personas han llegado a ese país en las últimas 72 horas y que el flujo es constante.
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