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Lourdes (Viernes, 11-01-2019, Gaudium Press) El Santuario de Lourdes, Francia, celebra durante 2019 un «Año Bernardita», dedicado de manera especial a destacar la figura de la Santa y joven vidente de las apariciones de la Santísima Virgen, Bernardita Soubirous. La celebración se lleva a cabo en un año que coincide con el aniversario número 175 de su nacimiento y el aniversario 140 de su muerte. «Todos somos uno de los rostros de Bernardita y podemos apreciar tantos fragmentos de ella, los cuales podemos aprovechar para nosotros», motivó el Rector del Santuario, el P. André Cabes.
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El Rector llevó a cabo la apertura del Año Bernardita durante una conferencia en el Palacio de los Congresos, celebrada el pasado 6 de enero. Además de esta conferencia, el sacerdote redactó el texto «Bienaventurados los pobres» en honor del testimonio de la Santa, en el cual se destaca el cumplimiento de esta bienaventuranza de Jesucristo y la promesa de la Santísima Virgen María a la vidente: «No te prometo la felicidad en este mundo, sino en el otro».
«Nos gustaría, como María propuso a Bernardita, seguir un camino de Pascua, morir a la vida antigua, para descubrir la verdadera Vida, la verdadera Felicidad», propuso el P. Cabes en su mensaje. «Es verdad que hay que escuchar, pero también hay que comprometerse. Un peregrino no puede volver a su casa como salió de ella». El testimonio de pobreza de Santa Bernardita Soubirous no es un elogio de un estilo de vida sino la prueba de que ella había contemplado en la Gruta una visión de otro mundo, «que no necesita más que nuestro sí para hacer explotar nuestros caparazones y alcanzar el pleno desarrollo al sol de Dios».
El Rector lamentó la manera como la pobreza material afecta a numerosos pueblos y la pobreza espiritual deteriora la vida de incluso las sociedades más desarrolladas. «El Evangelio no promueve la revolución social, pero revoluciona nuestros corazones», comentó el P. Cabes, recordando el testimonio visto en el propio Santuario, donde los ricos cargan la camilla de los aquejados y los llaman «nuestros señores los enfermos». A pesar de las penalidades materiales que sufrió Santa Bernardita, «ella obtuvo una doble riqueza: el amor y la oración en familia, y más tarde en la comunidad religiosa (…). El secreto de la felicidad está ahí y Bernardita nos lo revela, viviendo de su luz. La aparición en el hueco de la Gruta le permite superar con una simple mirada que compensaría las apariencias de su vida».
La Santísima Virgen se reveló a la Santa «tan joven y pequeña como yo», según su propio testimonio, pero esto no le hace exigir ningún trato especial. Durante su vida religiosa tuvo que sufrir desprecios y malos tratos, sufriendo una animadversión especial por parte de su Superiora, y dedicándose por entero al servicio de los más pobres. «Llegó a reconocer: ‘La Santísima Virgen me eligió porque yo era la más ignorante'», recordó el P. Cabes. Esta infelicidad Terrenal encontró su premio en el cielo. «Bernardita es feliz en el mundo de Jesús, el mundo de Dios, y nosotros con ella».
Con información de Santuario de Lourdes.
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