Beijing (Martes, 15-01-2018, Gaudium Press) Un sacerdote del norte de China realizó un balance para la agencia AsiaNews sobre la aplicación de las nuevas normas de asuntos religiosos en el tiempo de Navidad, una situación que ha sido calificada por este medio informativo como una «guerra en contra de la Navidad». Diversas manifestaciones de fe fueron prohibidas, incluyendo los festivales cristianos en las escuelas y las tarjetas de felicitación del Año Nuevo chino adaptadas con pensamientos religiosos para la celebración cristiana.
Foto: HisPresenceOnline. |
«La mañana antes de la Navidad, los oficiales del Frente Unido y de la Oficina de Asuntos Religiosos vinieron a darme sus mejores deseos», relató el sacerdote. «Ellos me advertían de los problemas de seguridad y me recordaron que los menores tenían prohibido asistir a la Misa o a las reuniones en la noche, incluso durante la temporada navideña. En adición, las tarjetas de felicitaciones del festival de primavera no podían ser vendidas o publicadas antes de que fueran aprobadas».
Los funcionarios no le permitieron al sacerdote argumentar sobre la inconveniencia de estas medidas y se marcharon, dejando clara su imposición. Además de esta visita de los funcionarios, el Departamento de Educación contactó a todas las escuelas, verbalmente o por escrito, informándoles que las clases tendrían que continuar durante el día de Navidad. «También se les dio órdenes a los estudiantes de no dar regalos ni organizar fiestas religiosas o reuniones durante la Navidad», denunció el sacerdote. «Afortunadamente, confiando en la gracia de Dios, nuestros niños uno después de otro llegaron a la Eucaristía de de medianoche. Los policías eventualmente se limitaron a quedarse en guardia sólo por seguridad pública sin interferir en los asuntos de otros».
El desenlace feliz relatado por el sacerdote no fue igual en todos los lugares: su propia madre le llamó para contarle cómo los oficiales de gobierno prohibieron estrictamente a los menores asistir a la Eucaristía de Navidad en su locación, lo que generó una acalorada discusión. Finalmente, el sacerdote de esa parroquia tuvo que bendecir a los niños y enviarlos a casa. Otras parroquias sufrieron una vigilancia estricta por parte de la policía y tampoco se permitió el acceso de los niños a los templos.
El presbítero rechazó que los funcionarios públicos hablen de libertad religiosa ante los medios de comunicación y afirmen que todas las medidas de seguridad se realizan en contra de terroristas y extremistas. De igual manera denunció la promoción de la idea de tener «confianza en la propia cultura» para reprimir la religión y las acusaciones a los críticos de «no comprender lo que es China». «En el condado, a las templos de mi área se les retiraron las cruces y después se les retornaron. Tal vez en el futuro serán destruidas. Es de notar que estos son los sitios de culto registrados», concluyó el sacerdote. «La iglesia de mi provincia no tenía incluso permiso de imprimir los folletos para el festival de primavera (que se adaptan para felicitar por Navidad. NdR.). Los plegables fueron destruidos en la bodega de la tipografía».
Con información de AsiaNews.
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