Bangui (Martes, 15-01-2019, Gaudium Press) Los obispos de la República Centroafricana, al final de su asamblea plenaria, hicieron una grave denuncia:
«Rendimos homenaje a los contingentes de la MINUSCA que con profesionalidad garantizan la protección de los civiles. Sin embargo, deploramos la duplicidad de algunos contingentes, que permiten que la situación se deteriore ante sus propios ojos como si se beneficiaran de ello, en particular los marroquíes en el este, los pakistaníes en Batangafo y los mauritanos en Alindao. Ese comportamiento no hace más que exacerbar la situación, ya de por sí crítica, en el país», se lee en mensaje enviado por los prelados a la Agencia Fides.
Un cuadro dramático del país
La situación del país, reviste en algunos aspectos condiciones dramáticas:
«Es triste ver -aseguran los obispos- que más allá de la capital y de algunas ciudades, el Estado solamente tiene una presencia formal. Las funciones civiles y militares, incluso en zonas donde no hay grupos armados, no tienen medios para operar y su número es simbólico. Grandes zonas de África Central escapan al control del Estado y están en manos de grupos armados que cometen repetidamente actos de violencia inhumana y graves violaciones de los derechos humanos: extorsión, quema de lugares de personas desplazadas, impedimentos a la libre circulación, detenciones arbitrarias, secuestros, torturas, ejecuciones sumarias».
Ese dificil cuadro se torna aún más grave si se considera la «porosidad de las fronteras a la trashumancia, lo que aumenta la inestabilidad en las zonas bajo control de los grupos armados». Esa porosidad fronteriza permite el ingreso de pastores que entran en conflicto con agricultores, facilita el tráfico de armas y el arribo de mercenarios.
A pesar de la situación, la Iglesia sigue manifestando su firmeza en la misión recibida: «Cristo vino a liberar al hombre no solo de sus pecados, sino también de las consecuencias del pecado que lo aplasta. Como cristianos, Cristo nos exhorta a participar en su misión de liberación total del hombre, comenzando por los más pobres y marginados».
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