Washington (Miércoles, 16-01-2019, Gaudium Press) A través de una declaración firmada por tres autoridades de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), los Obispos de Estados Unidos respondieron a la noticia de un fallo de la Corte Federal de Pensilvania que impone un bloqueo a la aplicación nacional de una enmienda al llamado mandato antinatalista. La administración Trump, en cumplimiento con los requerimientos de la Corte Suprema, corrigió la normativa que obligaba a todos los empleadores a incluir en la cobertura obligatoria de salud de sus empleados productos como fármacos abortivos, anticonceptivos y esterilización para ampliar sus excepciones y eliminar la obligación para objetores por motivos morales o religiosos.
Las Hermanitas de los Pobres se conviritieron en el símbolo de la lucha legal de los creyentes en contra del Mandato Antinatalista y lograron demostrar sus razones ante la Corte Suprema de Estados Unidos, que ordenó corregir la aplicación de la norma. Foto: Becket Fund for Religious Liberty. |
«El fallo de la corte de ayer que congela estas regulaciones de sentido común deja a aquellos con objeciones de conciencia o religiosas al mandato del HHS en el limbo», expresaron los Obispos estadounidenses. » En un país libre, nadie debe ser obligado a facilitar o financiar cosas como la anticoncepción, la esterilización y los medicamentos y dispositivos que inducen el aborto, que van en contra de sus creencias fundamentales». Los prelados expresaron su desaliento ante una situación que reaviva una larga controversia que se consideraba finalmente superada.
Los prelados afirmaron que se encuentran en oración «para que esta decisión sea apelada y para que las cortes futuras respeten los argumentos de libre ejercicio de las Hermanitas de los Pobres y muchos otros que simplemente buscan la libertad de servir a sus vecinos sin la amenaza de multas gubernamentales masivas sobre sus cabezas». Las graves multas fijadas en la norma introducida en la administración Obama significaron una seria amenaza para las instituciones de servicio con identidad católica en todo el país, tales como hospitales, escuelas, universidades, agencias caritativas, entre otras.
La declaración fue firmada por el Cardenal Daniel N. DiNardo, Arzobispo de Galveston-Houston y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos; el Arzobispo de Kansas City, Mons. Joseph F. Naumann, Presidente del Comité de Actividades Provida de la USCCB; y el Arzobispo de Louisville, Mons. Joseph E. Kurtz, Presidente del Comité de Libertad Religiosa de la USCCB.
Con información de USCCB.
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