Toledo (Viernes, 10-01-2019, Gaudium Press) La Madre Agnes Mariam de la Croix, Carmelita Descalza Abadesa del Monasterio de San Santiago el Mutilado en Siria, participó el 12 de enero en las VIII Jornadas de Pastoral de Toledo, España. Con motivo de su visita al país, la revista española Alfa y Omega entrevistó a la religiosa, quien relató detalles de su labor en favor de la paz en Oriente Medio y narró un impactante testimonio sobre un hecho providencial que le salvó a vida y permitió el posterior rescate de miles de civiles.
Madre Agnes Mariam de la Croix, Abadesa del Monasterio de San Santiago el Mutilado en Siria. Foto: George Caulfield |
Durante la ocupación de Damasco, la religiosa decidió entrar a un área controlada por rehenes para poder llegar a un grupo numeroso de civiles atrapados. «Sabíamos que había niños que morían de hambre y también adultos. Nos decían que tenían mucho sufrimiento por la falta de alimentos», comentó la Madre Agnes. Ante la imposibilidad de obtener un permiso, la religiosa decidió ingresar en el terreno en conflicto portando una bandera blanca. «Una hermana me decía: ‘¿Qué vas a hacer? Yo no te lo permito'», relató. «Le dije: ‘Mire, tenga fe en el Espíritu Santo’. Y cuando vio que no había manera de convencerme, la pobre me siguió. La verdadera heroína es ella».
La audaz incursión provocó que las religiosas fueran capturadas por los rebeldes. «Varios terroristas quisieron juzgarnos en el tribunal militar, es decir, para degollarnos; pero los rebeldes moderados nos defendieron. Hubo un conflicto entre ellos durante media hora en la habitación cerca de la nuestra», recordó la religiosa, quien dio cuenta de un hecho providencial en ese momento de extrema urgencia. «Uno de ellos entró en nuestra habitación y disparó a la cabeza de nuestro mediador sin que sucediera nada. Una semana después, cuando pudimos continuar evacuando a la gente, esa misma persona vino a decirnos que su pistola estaba armada y no sabía por qué la bala no salió. Para nosotras fue un milagro del Señor».
«Vivimos momentos muy duros y peligrosos pero con la gracia de Dios estamos vivas», concluyó la religiosa sobre esa notable acción caritativa. «Así pudimos evacuar 6.500 personas de Moaddamiyya, el número más grande de personas, hasta la liberación de Alepo donde las Naciones Unidas negociaron la evacuación de más personas». La religiosa explicó que la tarea continúa en un país donde persiste el conflicto y al mitad de la población carece de un hogar a causa de la violencia. «Hay que situar a los cristianos, que han tenido que huir, y que son perseguidos», indicó.
Con información de Alfa y Omega.
Deje su Comentario