Dearborn Heights (Lunes, 28-01-2019, Gaudium Press) La Parroquia de San Sebastián en Dearborn Heights, Michigan, Estados unidos, cuenta con una ayuda insospechadamente activa: un diácono de 100 años de edad que continúa sirviendo notablemente a la comunidad. El Diácono es Lawrence Girard y nació el 21 de noviembre de 1918. A pesar de su avanzada edad, sirve en ocho Eucaristías a la semana y es un notable testimonio, sobre todo para las personas mayores de la parroquia.
Diácono Lawrence Girard. Foto: Patti Armstrong. |
«No sólo tiene cien años, sino que también está lleno de vida y muy activo», expuso a National Catholic Register el P. Walter Ptak, Párroco de San Sebastián. «Siempre está en movimiento, un tstigo real, especialmente para los mayores. Tiene un espíritu muy positivo y se mantiene yendo adelante, proclamando el Evangelio y viviéndolo».
Girard sirvió como maestro en las escuelas de los Hermanos Cristianos en Toronto y Montreal, Canadá, realizó estudios de trabajo social en Detroit, Estados Unidos. Continuó su oficio de maestro en escuelas católicas y se casó con una maestra con quien compartió la vida hasta su muerte en 2012 tras 60 años de matrimonio. Tuvieron cinco hijos y actualmente vive con una de sus hijas.
Cuando se estableció el ministerio del Diaconado Permanente en la Arquidiócesis de Detroit en 1971, Girard se unió a este programa. «Nunca pensé que estuviera llamado a ser sacerdote, pero pensé que podría usar algunos de mis talentos para ayudar a la Iglesia», expresó el Diácono. Su primer apostolado fue en la visita a los enfermos en un hospital local y en las casas, llevando el Sacramento de la Eucaristía hasta a 20 fieles cada día.
A sus 100 años, la preparación para la muerte es necesariamente un tema cercano. «Espero morir en buena relación con la Iglesia y al familia. Estar en el altar sirviendo en la Eucaristía me ayuda a orar», describió Girard. «No tengo miedo. No pienso mucho en cómo voy a morir, pero no creo que sea en un accidente automovilístico, ya que dejé de conducir hace dos años», bromeó. «Mientras vaya a misa, quiero servir. Soy un poco más lento, pero me gusta ayudar al sacerdote en la misa. Soy muy feliz cuando puedo ayudar».
Con información de National Catholic Register.
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