Ciudad de México (Jueves, 31-01-2019, Gaudium Press) Llega la fiesta de la Presentación en el Templo y de la Virgen de la Candelaria, y con ella una hermosa tradición popular muy arraigada en México: la costumbre de vestir al Niño Jesús.
Este 2 de febrero, cuando la Iglesia también celebra la Jornada Mundial de oración por la Vida Consagrada, cientos de fieles mexicanos ataviarán sus imágenes del pequeño Jesús con diversidad de ropas; todo con el propósito de llevarlo al templo en su fiesta de la Presentación, recordando cuando María junto con José, fue al templo para presentar al Niño Jesús para cumplir también como el rito de la purificación, como marcaba la ley.
Foto: FB-Siame Arquidiócesis de México. |
La tradición no se vive sólo en la fiesta de la Candelaria, sino desde días antes el 24 de diciembre, durante la Noche Buena, cuando toda la familia se reúne para participar en la Misa de Gallo. Al terminar la Eucaristía, los padrinos del Niño Jesús -quienes fueron nombrados con anterioridad- tienen la hermosa responsabilidad de arrullar al Pequeño y llevarlo a dormir en el pesebre, junto a su Madre, María, y su padre adoptivo, José (Ver también: «A la ro ro Niño»: la bella tradición de arrullar al Niño Jesús).
Son los padrinos quienes, una vez ha pasado la fiesta de los Reyes Magos, recogen la imagen del nacimiento y la llevan a su casa para vestirlo con sus mejores trajes y así presentarlo en la iglesia para la Misa de la Candelaria. Padrinos y familias participan de la Eucaristía del 2 de febrero, hacen bendecir la imagen y tras la Misa celebran una fiesta en su honor; la llamada «tamalada», que ofrece la persona que en la Epifanía le salió una figurita del Niño Jesús en la rosca de Reyes.
¿Cómo vestir al Niño Dios?
La tradición del vestir al Niño Dios no hace parte de la liturgia de la Iglesia, pero sí es una tradición popular muy especial, y muy arraigada dentro de los mexicanos, siendo una manera de expresar el cariño a Jesús hecho Niño. Pero hay maneras de hacerlo, respetando lo que la imagen representa: ya que es el Hijo de Dios.
Como se señala en Desde la Fe, medio de comunicación de la Arquidiócesis de México, las imágenes han de ser bellas, dignas y tratadas con decoro, no son un juguete.
La vestimenta debe ser digna y decorosa, y confeccionada finamente y con mucho cariño. No es necesario cambiarle el vestido cada año, embelleciéndose o añadiéndole pequeños cambios cada vez. Como es un bebé, los vestidos de recién nacidos son los más dignos.
También se puede ataviar la imagen con alguna advocación de Nuestro Señor: ya sea el Sagrado Corazón de Jesús, el Niño de las Palomas, como el Señor de la Misericordia, de Cristo Rey, de Buen Pastor, Cristo Sacerdote y del Divino Niño Jesús del 20 de Julio, entre otros. (Ver también: Divino Niño Jesús: una devoción que crece en Ciudad de México).
Se aconseja no vestirlo de algún santo, ya que Jesucristo es modelo de vida para los santos, y son ellos los que se han identificado con Jesús.
Con información de Desde la Fe.
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