Menú 
Santiago (Sábado, 09-02-2019, Gaudium Press) El P. Carlos Bolelli sacerdote que sirve como párroco en el templo de Nuestra Señora de las Mercedes en localidad de La Higuera en Chile denunció la negligencia de las autoridades que ha impedido que su parroquia y otra gravemente necesitada puedan recibir un urgente donativo de cálices y patenas, necesarios para la celebración de la Eucaristía en 25 capillas en zonas apartadas.
 |
| Los vasos sagrados deben cumplir con condiciones de dignidad para su uso sagrado y son indispensables en la celebración del sacramento. |
«Los desafíos son muchos, las necesidades también, pero la opción fue centrarnos en el más sublime Sacramento, desde y hacia donde toda nuestra fe fluye, se identifica, nutre y da testimonio del Amor de Dios», comentó el P. Bolelli a ACI sobre la idea de pedir en donación vasos sagrados para las capillas necesitadas. Estos lugares eran apenas visitados una vez al año hace más de cuarenta años, pero en la actualidad reciben varias visitas al mes e incluso se cuenta con acompañamiento de diáconos.
Uno de los obstáculos para el culto divino es la falta de elementos litúrgicos, en especial de vasos sagrados, que por su mayor costo no estaban disponibles en las capillas o están en malas condiciones que «los hacen inadmisibles para la celebración de la Misa», comentó el P. Bolelli en una carta al Director de la Enciclopedia Católica, José Gálvez, quien se ofreció a subsanar esta necesidad con un donativo de cálices y patenas.
Los vasos sagrados, 20 cálices y patenas elaborados en acero que tienen un valor de 704 dólares, fueron enviados a través de Correos de Chile pero su entrega fue suspendida por los trámites de aduanas. Las autoridades registraron los vasos como «cáliz de plata» y establecieron un impuesto de unos 258 dólares. Al argumentarse de que se trata de una donación y que se trata de «efectos destinados a los oficios de culto» exentos por ley del pago de dichos impuestos, se solicitaron documentos adicionales que fueron presentados a Correos de Chile, la Dirección Regional Aduana de Coquimbo, la Dirección Regional Aduana Metropolitana y a través de correos electrónicos.
Los trámites permanecen sin respuesta y la única alternativa que se ha ofrecido es retirar los elementos bajo la figura de «almacén particular» que obliga a mantenerlos guardados sin darles uso mientras se resuelva el caso, o pagar los impuestos sin posibilidad de poder recuperar el dinero. El P. Bolelli expresó su malestar debida a que «haya tanta burocracia y tan poca voluntad de solución» en su caso, y la limitación de la autoridad de los funcionarios que han querido colaborar a su favor. Ante » los gastos, esfuerzos y horas perdidas, queda la duda de la mala voluntad para dar curso a una respuesta expedita».
«Seguir a nuestro Señor Jesucristo e intentar ser fiel a su vocación y misión jamás ha sido fácil», concluyó el sacerdote «Estamos esperanzados que por la acción de su Gracia y nuestra humilde tenacidad podamos celebrar aquí el sacrificio de la Misa y algún día, por la Misericordia de Dios, poder llegar al Domingo sin ocaso».
Con información de ACI.
Deje su Comentario