Washington (Sábado, 09-02-2019, Gaudium Press) Como parte de un retorno a la arquitectura sacra tradicional en las edificaciones religiosas en Estados Unidos, el arte de los vitrales también está registrando un proceso de reflorecimiento. Los templos están encargando vitrales en el estilo de Múnich en un número mayor al de los estilos populares en la segunda mitad del siglo XX.
Los vitrales hacen parte de la arquitectura sacra católica y contribuyen notablemente a la devoción de los fieles. Foto: Beyer Studio. |
«Ha habido un renacimiento de la arquitectura en los últimos 20 años que comentó en el Sur y se ha extendido al Norte», indicó el Presidente de Beyer Stained Glass Studio y artista Joseph Beyer a National Catholic Register. «Todas las cosas de los 60s, 70s y 80s son cosa del pasado». Una opinión similar fue compartida por Dan Rigali de Daprato Rigali Studios. «Más y más personas prefieren ese estilo de vitral bávaro, de Múnich, por encima de todos los otros estilos. Cautiva a la congregación y se siente más sagrado y cercano a Dios».
El estilo de Múnich es inspirado en la Real Fábrica de Vitrales Bávara de Múnich, que vivió su apogeo a mediados del Siglo XIX, el cual emplea piezas de vitral más grandes y buscan ofrecer una imagen con una composición similar a las pinturas del Gótico tardío o los altares del Renacimiento. El resultado son vitrales con imágenes de gran colorido y detalle que se convirtieron en el estándar más alto de su época en los templos estadounidenses y gozaron de enorme popularidad.
Gracias al realismo de la técnica, «las personas pueden verse a sí mismos en las ventanas y son capaces de relacionarse con la escena o el sentimiento que los cristales representan», comentó Rigali. La combinación de los vitrales con los estilos arquitectónicos tradicionales aporta un valor adicional de belleza a los templos. «Hay un sentido de lo sagrado cuando usted entra en un templo tradicional y usted está estéticamente arraigado en esa tradición», indicó Kevin Grabowski, Director nacional de proyectos de Conrad Schmitt Studios.
Entre los templos que han encargado vitrales recientemente se encuentran el templo de San Pedro en Volo, Illinois, el de San José en Downingtown, Pennsylvania, el Oratorio de St. Stanislaus en Milwaukee, y el nuevo templo de San Juan Evangelista en Waynesboro, Virginia. Algunos de los trabajos reemplazan vitrales de colores sólidos elaborados en la década de 1960 y los expertos afirman que al ser instalados en los templos parece que siempre hubieran estado allí.
«El estilo de los cristales de hace largo tiempo muestra una consistencia a través del culto y la religión de la fe católica», indicó Rigali. Estas obras «representan verdaderamente partes serias de nuestra fe y devoción. Las personas se sienten ‘en casa’ y en un lugar especial para el culto». Para Beyer, el vitral «siempre ha sido asociado como un medio espiritual por encima de otras formas de arte y permanece asociado a la arquitectura religiosa».
Con información de National Catholic Register
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