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Brasilia (Viernes, 23-10-2009, Gaudium Press) El nuncio apostólico en Brasil, Mons. Lorenzo Baldisseri, presidió una misa de acción de gracias anteayer 21, en la capilla de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), por la reciente aprobación del Acuerdo Brasil y Santa Sede en comisión del Senado. La celebración ocurrió por ocasión de la reunión del Consejo Permanente, informó la CNBB.
El presidente de la CNBB, Mons. Geraldo Lyrio Rocha, agradeció el esfuerzo de Mons. Lorenzo por la aprobación del Acuerdo que aún sigue su trámite en el Congreso Nacional.
«Agradecemos el empeño de Vuestra Excelencia y la competencia con que encaminó las discusiones. Que este acuerdo traiga nuevas luces a la Iglesia en Brasil», dijo Mons. Geraldo.
Durante su homilía, el nuncio apostólico resaltó la misión pastoral de los obispos de cuidar de la vida del rebaño y conducirlo a Cristo. «Somos administradores, guardianes de la porción de la Iglesia que nos fue confiada», afirmó.
Mons. Baldisseri destacó, también, que este «Acuerdo es un instrumento de sumo valor para la sociedad y representa un marco histórico para Brasil». El Acuerdo, dijo en la homilía, abre camino para que, en el pluralismo religioso, otras Iglesias hagan lo mismo.
Después de la celebración, un cóctel ofrecido por la nunciatura apostólica reunió, además de los obispos, a senadores, diputados, representantes del poder judicial y del cuerpo diplomático. Durante el cóctel, Mons. Baldisseri agradeció el esfuerzo de los parlamentarios por la aprobación del Acuerdo en el Congreso Nacional.
Acuerdo Brasil y Santa Sede
El proyecto, que crea el Estatuto Jurídico de la Iglesia Católica en el país, tiene 20 artículos y consolida en la ley conductas y procedimientos ya adoptados por la Iglesia en Brasil, como el matrimonio, la enseñanza religiosa en las escuelas y la inmunidad tributaria, además de conceder seguridad jurídica a esos actos o situaciones.
Mons. Geraldo Lyrio Rocha, dijo, el día 21 de setiembre de este año, que el acuerdo creador del Estatuto Jurídico de la Iglesia Católica de Brasil no hiere la Constitución Brasileña ni concede privilegios a la Iglesia Católica.
Para el prelado, el documento no compromete el laicismo del Brasil porque, verdaderamente, la cuestión religiosa se dirige a la sociedad y no al Estado.
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