Madrid (Jueves, 14-02-2019, Gaudium Press) El próximo 18 de mayo será beatificada en Madrid Guadalupe Ortiz de Landázuri, profesora de Química y miembro el Opus Dei, quien ofreció un gran testimonio de santidad desde su trabajo cotidiano.
Como preparación a su beatificación, y acudiendo a la profesión de la beata, desde la web del Opus Dei irán descubriendo varias fórmulas de santidad para resolver problemas de nuestro tiempo.
«Aprovechando esta pasión de Guadalupe por la Química, queremos descubrir sus fórmulas para resolver algunos problemas de nuestro tiempo: la inquietud y el miedo, la falta de tiempo, el stress, el egoísmo, la tristeza. Dejaremos que los mismos escritos de Guadalupe, en su mayoría cartas a distintas personas, y el testimonio de las personas que la conocieron, nos muestren la fórmula de la alegría, de la amistad, de la confianza, etc.», exponen.
La primera de estas fórmulas es la Efervescencia, que habla de la alegría que testimonió la venerable Guadalupe Ortiz.
Guadalupe Ortiz de Landázuri será beatificada en Madrid el próximo 18 de mayo / Foto: Oficina de Informacion del Opus Dei. |
Desde la web del Opus Dei se explica que la efervescencia es la «reacción química entre un ácido (reactivo) y sodio (base)», y que durante este proceso «algunas moléculas pasan del estado líquido al gaseoso». Por este motivo se experimenta la efervescencia cuando se está contento: «El reactivo de la confianza total en Dios produce una la alegría inmensa, a pesar de sentir en nuestra vida el sodio de nuestros defectos».
Y Así lo vivió la próxima beata, como relató ella misma en una carta que le dirigió a San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, el 12 de diciembre de 1945:
«Soy muy feliz y estoy muy contenta, D. Álvaro me pregunta siempre si de verdad estoy contenta y lo estoy más que nunca en mi vida. Aunque veo que todo lo hago con muchos defectos (vanidad y amor propio sobre todo) noto tanto que me ayuda el Señor que estoy segura de que si Él se empeña llegaré a agradarle de verdad».
Una alegría que estuvo presente, pese a las cruces de la vida, como relató Guadalupe en otra carta a San Josemaría:
«Padre, alguna vez creo que le dije que no tenía Cruz, porque no me costaba trabajo nada de lo que hacía; pues ahora me pasa igual, pero las voy encontrando: mis cruces son las preocupaciones por las demás, el ver a mis hermanas con luchas, el darme cuenta de que las muchachas no reaccionan bien, y sentirme sin fuerza para evitarlo; pero procuro cogerlas todas con alegría y hacer lo que puedo, y al Señor le encargo lo demás».
Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en Madrid el 12 de diciembre de 1916. En el año 1932 se matricula en la Universidad Central para cursar la carrera de Ciencias Químicas, cuando solo habían 5 mujeres en una clase de 70. Unos años después también realiza el doctorado con el anhelo de dedicarse a la docencia universitaria; carrera que pudo culminar una vez terminó la Guerra Civil Española.
En 1944 conoce a San Josemaría Escrivá, aprendiendo de él que el trabajo profesional y la vida ordinaria son lugar de encuentro con Jesucristo, incorporándose como laica miembro del Opus Dei.
Entre los años 1950 y 1956 viaja a México, país donde realizó una importante labor apostólica de la Obra, animando un centro de capacitación social y profesional para campesinas en un área rural del Estado de Morelos.
En 1956 se establece en Roma colaborando muy de cerca con Josemaría Escrivá en el gobierno del Opus Dei, pero dos años después, por motivos de salud, regresa a España donde retoma la enseñanza y la investigación en el ámbito científico.
Fallece en Pamplona a sus 59 años de edad. Era el año 1975. Su proceso de Beatificación y Canonización comenzó el 18 de noviembre de 2001. El 8 de junio de 2018 el Papa Francisco autorizó a la Congregación de las Causas de los Santos la publicación del decreto sobre el milagro, dando vía libre a su beatificación.
Con información de Opus Dei.
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