Ciudad del Vaticano (Lunes, 18-02-2019, Gaudium Press) Durante los trabajos de la convención «Hace setenta años, el proceso de Mindszenty. Destino de los pastores en Europa Central y Oriental», que fue realizada el pasado día 13 de febrero, en el Parlamento de Budapest, fue anunciada por Michael Habsburg-Lothringen, presidente de la Fundación Mindszenty, la noticia de que fue firmado el decreto Pontificio que reconocía el ejercicio heroico de las virtudes cristianas por parte del Siervo de Dios el cardenal József Mindszenty.
El anuncio fue hecho en el salón de la convención lleno de dignatarios y personalidades del mundo eclesial y de la cultura húngara que expresaron de inmediato su alegría emocionada con un largo aplauso.
Podemos llamarlo de Venerable…
«Acogemos con gran alegría la noticia de que el Papa Francisco aprobó el decreto sobre el ejercicio heroico de las virtudes cristianas por parte del Siervo de Dios cardenal József Mindszenty, arzobispo de Esztergom y Primado de Hungría».
Esas fueron palabras del cardenal Peter Erdö, actual arzobispo de Esztergom-Budapest y Primado de Hungría, que en la tarde del miércoles 13, día del anuncio recibido con gran alegría por los fieles húngaros, condujo una breve oración de acción de gracias en la Basílica de «Santo Stefano Rotondo al Celio», iglesia de la cual era titular el cardenal Mindszenty.
«De ahora en adelante, por lo tanto, podemos llamarlo de Venerable, dijo el purpurado húngaro. Este es un paso importante para la beatificación, y ahora podrá ser iniciado el estudio de las gracias recibidas y de los milagros. El resultado positivo de tal examen, podrá demostrar que en la figura del cardenal Mindszenty, podemos ver no solamente un ejemplo, sino también alguien que puede ayudarnos con su eficaz intercesión», dijo el cardenal Erdö.
Después de una larga espera con muchas oraciones y esfuerzos, afirmó el Purpurado, «es una gracia especial para nosotros este reconocimiento por parte de la Suprema Autoridad de la Iglesia. Estamos muy agradecidos al Santo Padre y seguimos en adelante en oración, para poder celebrar lo más breve posible a nuestro Venerado Predecesor que, aceptando todo el sufrimiento, amó a Dios, la Iglesia y a nuestro pueblo, con inquebrantable fidelidad, en la multitud de Bienaventurados».
Cardenal József Mindszenty
József Mindszenty nació con el nombre de József Pehm. Estudió en el seminario de Szombathely, siendo ordenado sacerdote el 12 de junio del año 1915, cuando pasó a ejercer su ministerio en Szombathely, Hungría, como vicario auxiliar.
En su trabajo pastoral, demostró una preferencia por los pobres y por las almas simples, cuidó personalmente de la catequesis y de la asistencia religiosa de los gitanos.
Fue preso durante la revolución comunista de Bela Kun en el año 1919.
Nombrado obispo de Veszprém el 3 de marzo, siendo ordenado el 25 de marzo del año 1944.
Fue hecho prisionero por los nazis entre los años 1944 y 1945, después de haber ayudado a muchos judíos a huir de Hungría.
Es nombrado arzobispo metropolitano de Esztergom el 2 de octubre del año 1945, cargo en que permaneció hasta el 18 de diciembre del año 1973.
Fue creado cardenal el 18 de febrero del año 1946 por el Papa Pío XII, recibiendo por título la Basílica «Santo Stefano al Celio».
Preso por el régimen comunista en el año 1949 y liberado por ocasión de la Revolución Húngara del año 1956, consiguió asilo en la Embajada de los Estados Unidos hasta el año 1971.
Mindszenty, Pio XII, Juan XXIII, Pablo VI
La Carta del Papa Pío XII, del 2 de enero del año 1949, dirigida a los obispos de Hungría, era una protesta por su prisión.
Él fue impedido por las autoridades comunistas húngaras de participar de los Cónclaves de los años 1958 y 1963 cuando fueron electos los Papas Juan XXIII y Pablo VI, respectivamente.
Por insistencia de Pablo VI, dejó la Embajada de los Estados Unidos y también a su país el día 28 de setiembre del año 1971.
Con ocasión de su despedida él dijo:
«Pronto vendrá el día en que el tiempo presente será cancelado, por haber sido arrasado por la propia insipiencia. La pretensión de construir un mundo sin Dios será siempre ilusoria; y eso llevará solamente al refuerzo de la unión de la Iglesia con el pueblo y con todos los que sufren. Solo los que tienen miedo de la verdad temen a Cristo».
Carta a Pablo VI
En obediencia al Papa, el dejó Hungría. Fue en esa ocasión que Mindszenty escribió una carta a Pablo VI de la cual se puede leer:
Después de haber examinado en conciencia los deberes inherentes a mi dignidad de obispo y de cardenal, decidí, como prueba de mi amor ilimitado a la Iglesia, dejar la sede de la Representación diplomática de los Estados Unidos.
Deseo terminar mi vida en Hungría, entre el pueblo que tanto amo, sin que me preocupen las circunstancias externas que me esperan. Pero si esto se debe revelar imposible debido a las pasiones que se suscitan en torno a mi persona o debido a consideraciones superiores por parte de la Iglesia, aceptaría lo que constituiría talvez la cruz más pesada de toda mi vida.
Estoy listo para decir adiós a mi querida patria, para proseguir en el exilio una vida de oración y de penitencia. Deposito humildemente mi sacrificio a los pies de Vuestra Santidad, persuadido de que el sacrificio más grave pedido a una persona se torna pequeño cuando se trata del servicio de Dios y del bien de la Iglesia.
Después de su muerte
El cardenal József Mindszenty falleció exiliado, en Viena, el 6 día de mayo del año 1975.
En la Audiencia General del día siguiente, el 7 de mayo del año 1975, el Papa Pablo VI dijo a propósito del cardenal húngaro:
«Singular figura de padre y pastor el cardenal Mindszenty! Ardiente en la fe, confiado en los sentimientos, inquebrantable en lo que le parecía deber y derecho. La Providencia lo colocó en el número de actores de uno de los períodos más difíciles y más complejos de la existencia milenaria de la Iglesia de su noble país. Fue y continuará ciertamente siendo, señal de contradicción, como fue objeto de veneración y de ataques violentos, de un tratamiento que hundió en una emoción dolorosa la opinión pública y en especial el mundo católico y que no ahorró ni su santa persona, ni su libertad».
Cuando Juan Pablo II estuvo en Hungría, el rezó delante de los restos mortales del Cardenal.
Por ocasión de la presentación de las credenciales del embajador de Hungría junto a la Santa Sede, el 24 de octubre del año 2002, Juan Pablo II trató al cardenal de «venerada memoria», como modelo a ser seguido por los católicos húngaros, verdadero testimonio de la fe durante la persecución del régimen comunista.
En el año 1991 su cuerpo fue exhumado y encontrado incorrupto, después de 16 años de su muerte.
En el año 1996 la documentación para el proceso de su beatificación fue presentada a la Congregación para la Causa de los Santos por el postulador de la causa, Fr. Janos Szoke. (JSG)
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