Menú 
Detroit (Martes, 26-02-2019, Gaudium Press) La parroquia del Santísimo Redentor en Detroit, Estados Unidos, que queda justo al lado del reconocido «Mexicantown» de la ciudad ha registrado un aumento notable en el número de feligreses que asiste a Eucaristía entre semana. ¿Cual es la causa? La introducción de una Hora Santa seguida de la Eucaristía a primera hora del día. El éxito de la iniciativa es doblemente notoria, ya que no se realizó una campaña para convocar a los fieles, quienes comenzaron a llegar al templo espontáneamente.
 |
| Parroquia del Santísimo Redentor en Detroit, Estados Unidos. |
«Cuando llegué aquí en junio del año pasado no teníamos a nadie», comentó el P. Anthony Blount, de la Sociedad de Nuestra Señora de la Santísima Trinidad. «Pero últimamente hemos tenido unas cincuenta personas de manera regular. Ellos no son parte de nuestra comunidad (la Sociedad de Nuestra Señora), pero por supuesto están bienvenidos, así que no sé de dónde viene el aumento».
La Hora Santa se introdujo inicialmente como parte de las prácticas de la comunidad religiosa que administra el templo, pero gradualmente se fueron sumando los fieles, a pesar de comenzar a las 07:15 de la mañana. «Tenemos a madres con bebés, personas mayores, todo tipo de personas», agregó el sacerdote. «No siempre se quedan a la Eucaristía, pero sí vienen».
Otro aspecto notable es la sencillez de la Hora Santa, que descarta la posibilidad de que las personas sean atraídas por algo diferente a la Adoración. La comunidad religiosa celebra la Liturgia de las Horas antes de la Hora Santa, que comienza con el himno O Salutaris Hostia y termina con el himno Tantum Ergo y la Bendición con el Santísimo. «El resto es silencio total», describió el P. Blount. «Yo creo que las personas buscan el silencio».
La sensación de quietud es aún más notable al tratarse del templo del Santísimo Redentor, una inmensa estructura con capacidad para 1.400 personas sentadas. Los adoradores no se reúnen en una parte del templo, sino que se ubican en cualquiera de las bancas a lo largo del mismo. Las luces principales se enfocan en el altar y la custodia con el Santísimo Sacramento.
Los sacerdotes de la comunidad simplemente mencionan ocasionalmente la existencia de la Hora Santa en sus homilías, de forma que son los fieles los encargados de pasar la voz y experimentar por sí mismos la gracia de la oración. «Yo les he hablado sobre la alegría de la Adoración», indicó el párroco. «Es bueno para el alma hacerla. Incluso cinco minutos son buenos».
Con información de Detroit Catholic.
Deje su Comentario