Washington (Lunes, 04-03-2019, Gaudium Press) La noticia de la condena del Cardenal George Pell en una corte civil australiana por acusaciones de abuso ha motivado una gran controversia alrededor del mundo. Mientras la sentencia en contra del purpurado es destacada por medios de comunicación internacionales como histórica -también por el elevado rango que tenía el Cardenal australiano en su servicio a la Santa Sede (servía como Prefecto de la Secretaría de Economía y Miembro del Consejo de Cardenales), una creciente oleada de cuestionamientos a la condena se van registrando a todo nivel. Una de estas voces es la del P. Raymond de Souza, sacerdote canadiense, editor en jefe de la revista Convivium y conocido colaborador de varios medios de comunicación católicos. El sacerdote pidió llamar el fallo condenatorio del Cardenal Pell «como lo que es: persecución religiosa».
Cardenal Pell – Foto: Irish Catholic |
«Ahora que la peculiar ‘orden de supresión’ en Australia ha sido levantada [ndr. prohibición de hablar públicamente acerca del proceso del Card. Pell], tenemos libertad de decir lo que ha sido evidente ya por varios años», indicó el P. de Souza en un artículo para National Catholic Register. «La prosecución judicial del Cardenal Pell ha sido un monstruoso aborto de la justicia, una persecución religiosa llevada a cabo por medios judiciales». El presbítero aseguró que ha habido malicia en la actuación tanto de la policía como de los funcionarios encargados de acusarlo ante los jueces.
Según el sacerdote, el Cardenal Pell ha sido víctima de una campaña de difamación durante años, que prepararía el terreno para que el jurado pudiera considerarlo culpable. «Aún así, el caso en contra del Card. Pell era tan grotescamente fantástico que tomó a los acusadores dos intentos para lograr la condena», agregó. «El primer juicio, en septiembre, terminó con un jurado en desacuerdo, con sus miembros votando 10 – 2 en favor de absolver. Un segundo juicio siguió, con el jurado llegando a la unanimidad para condenar en diciembre». El presbítero destacó que los supuestos hechos de los que se le acusa habrían ocurrido «inmediatamente después de la Misa, con la puerta de la sacristía abierta, a pesar de tener todas sus vestimentas puestas y con la razonable expectativa de que el sacristán, el maestro de ceremonias, los servidores o concelebrantes pudieran entrar y salir o incluso pasar por la puerta abierta. Como sería habitual después de la Misa».
Los hechos, además, habrían ocurrido durante seis minutos y sus supuestas víctimas nunca hablaron del tema durante 20 años. Y además uno de ellos le dijo a su madre antes de morir que nunca había sido víctima de abuso sexual. «No es sorprendente que un jurado de 12 ciudadanos comunes pueda estar convencido, en contra de las pruebas y el sentido común, de que el Cardenal Pell era culpable», denunció el P. de Souza. «Después de todo, docenas y docenas de policías y fiscales altamente capacitados y experimentados decidieron que el ex arzobispo de Sydney era culpable incluso antes de que se presentaran los cargos. Tal es el odio de Australia por la Iglesia Católica en general y George Pell en particular». El purpurado ya había sido investigado sin existir denuncias, e incluso se realizó una campaña de la policía de Victoria en medios de comunicación convocando a denunciar casos de abuso ocurridos en la Catedral. «Con Australia atravesando la agonía de una investigación de la comisión real sobre el abuso sexual, con la Iglesia Católica ganando la mayor parte de la atención, era solo una cuestión de tiempo antes de que se pudiera encontrar a alguien que dijera algo o recordara algo o, si fuera necesario, fabricarlo por completo».
El Profesor Jeremy Gans, experto en apelaciones criminales de la Facultad de Leyes de la Universidad de Melbourne, afirmó a uCatholic que el Card. Pell tiene grandes posibilidades de ser absuelto en su apelación. «Sus motivos para apelar ‘irracionalidad’ (de la condena) son sólidos», indicó el experto, quien destacó que sólo existe un testimonio en contra del purpurado, mientras se registró la retractación de una segunda supuesta víctima. El equipo legal argumentará sobre la prohibición de evidencia en video para el argumento de cierre, la composición del jurado y la irracionalidad de la decisión. Este último aspecto permite que, en caso ser admitido en la corte, se descarte casi por completo la convocatoria a un nuevo juicio, ya que la Corte debe pronunciarse sobre la posición errada de un jurado y por tanto la inocencia del acusado.
Con información del National Catholic Register
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