Rancagua (Lunes, 26-10-2009, Gaudium Press) El jueves 22 de octubre, el Presidente de la Conferencia Episcopal y Obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic emitió una declaración pública en la que manifestó la inquietud de la Iglesia ante el conflicto que se ha suscitado entre el magisterio de los profesores y el gobierno.
En el documento titulado «Generosidad ante un grave conflicto», el prelado señaló que ve con preocupación el conflicto entre la dirigencia del profesorado y las autoridades educativas, ya que además «se mezcla con los discursos y expectativas propias de un tiempo electoral».
No cerrar los caminos del diálogo
Luego agregó: «por legítimas que sean las demandas del Profesorado, no es bueno para el país que se cierren los caminos del diálogo ni que los medios de presión utilizados paralicen la enseñanza, que es el bien último que todos los actores invocan, en un momento particularmente crítico del año escolar».
En su misiva, monseñor Goic destacó que la búsqueda de acuerdos supone la buena voluntad de los involucrados, como también la capacidad para escuchar y ceder; mostrándose contrario a las amenazas y condicionamientos como herramientas para aunar las posiciones. Asimismo, llamó a los docentes y a las autoridades a «poner su mayor empeño en reponer a la brevedad las instancias de diálogo para resolver este conflicto».
«Invito a todas las partes involucradas a mirar el bien mayor que a todos nos convoca: si queremos una mejor educación en nuestra patria, con profesores y asistentes dignamente remunerados, debemos salvaguardar primero el derecho de las familias a que sus hijos reciban esa educación. En particular, solicitamos a los dirigentes del Magisterio reconsiderar su decisión de cesar las actividades docentes, por el bien de los niños y jóvenes a los que generosamente consagran su servicio», finalizó.
Deuda Histórica
El conflicto entre el Colegio de Profesores y el Gobierno se debe a la llamada «deuda histórica» producida bajo el gobierno militar del general Pinochet, cuando se tomó la decisión de traspasar la administración de la educación pública desde el Ministerio de Educación a las municipalidades.
Esta «descentralización» de la educación provocó que todos los profesores de Estado fueran despedidos sin la indemnización correspondiente, constituyéndose así la deuda histórica. Con la vuelta a la democracia los gobiernos de la Concertación prometieron cancelar dicha deuda, cosa que hasta la fecha no ha ocurrido.
Éste año, los dirigentes gremiales del profesorado han organizado una fuerte ofensiva exigiendo al gobierno el pago de la deuda. El miércoles 21 de octubre el Magisterio amenazó con un paro nacional de la educación si no se atendían sus demandas. El jueves la mesa de diálogo entre los dirigentes gremiales y las autoridades de educaciones terminó sin acuerdo, decretándose desde el pasado viernes un paro nacional indefinido.
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