Jerusalén (Martes, 26-03-2019, Gaudium Press) Han comenzado en Tierra Santa las tradicionales peregrinaciones cuaresmales en los santos lugares. Se trata de un itinerario de fe animado por los Franciscanos de la Custodia de Tierra Santa que se desarrolla cada semana de Cuaresma en algunos de los lugares vinculados con la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén.
La primera etapa, que ocurrió el pasado 20 de marzo, tuvo lugar sobre el Monte de los Olivos en el santuario Dominus Flevit, que significa «El Señor lloró», y fue edificado para recordar justamente el llanto de Jesús al ver a Jerusalén.
De acuerdo con la tradición cristiana y los evangelios, fue en este lugar donde Jesús, al ver la Ciudad Santa, llora y predice su destrucción. Como se describe en el Evangelio de Mateo 24: «Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiéndole él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto so digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada (…)».
El santuario Dominus Flevit es obra del arquitecto Antonio Barluzzi. |
Fray Ramzi Sidawi, ofm, Ecónomo de la Custodia de Tierra Santa, quien dio inicio al camino de peregrinación cuaresmal, en entrevista con el Christina Media Center, medio de comunicación del a Custodia, habló sobre lo que significa hoy el santuario:
«En este lugar estamos ante la Ciudad Santa. Jesús se detuvo aquí para llorar sobre la ciudad. También a nosotros desde este lugar se nos invita a sumergirnos en la semana santa y en todo lo que es la semana santa: La pasión de Dios, la pasión de Jesús hasta llegar a la Resurrección».
El sacerdote franciscano, también se refirió a la constante presencia de Dios en la vida de cada quien:
«Dios está presente en nuestra vida y siempre nos invita a caminar con él para llegar al don de la vida completa. Y nos deja libres. Por ello nos da la posibilidad de elegir y a menudo nosotros elegimos no caminar con él sino caminar con nosotros mismos por nuestra cuenta. Así constata con dolor que andamos por nuestra cuenta pero tiene abierta la puerta, el camino, para que podamos volver. Nos manda señales, nos manda invitaciones, y estos son los signos de los tiempos que él nos manda continuamente a nuestra vida para invitarnos a volver y a caminar con él».
Una amplia ventana al interior del santuario deja ver la Ciudad Santa / Foto: Custodia de Tierra Santa. |
El santuario actual, que se terminó de construir en el año 1956, es obra del arquitecto Antonio Barluzzi quien lo proyectó en forma de lágrima, recordando el lamento de Jesús al ver la ciudad de Jerusalén.
La construcción está sobre las ruinas de un pequeño oratorio que se edificó durante los primeros siglos de la era Cristiana, sobre la cual se conservan algunos restos. En su interior se halla una amplia ventana tras el altar que permite al sacerdote celebrante y a los fieles observar la Ciudad Santa. La misma que vio Jesús y de la cual profetizó su destrucción.
Este santo lugar fue adquirido por los franciscanos a finales de siglo XIX, para establecer un lugar que recordase justamente el llanto de Jesús ante Jerusalén.
«Aquí nos adentramos en el misterio de Dios y caminamos con Él hasta el fondo», es lo que ha señalado también fray Ramzi Sidawi sobre Dominus Flevit.
Con información de Custodia de Tierra Santa y Christian Media Center.
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