Santiago (Martes, 27-10-2009, Gaudium Press) Cerca de 13 mil personas participaron el domingo 25 de octubre en la procesión del Señor de los Milagros, celebración de origen peruano que desde hace una década se realiza en Chile. La eucaristía principal se efectuó al mediodía en la Catedral Metropolitana y fue presidida por el cardenal Francisco Javier Errázuriz y concelebrada por el obispo de Callao en Perú, monseñor Miguel Irizar.
Frente a una gran multitud que repletó el templo, monseñor Irizar agradeció las labores de integración de la comunidad peruana efectuadas por la Iglesia en Chile y por el Instituto Católico Chileno de Migración, a través de su Centro Integrado de Atención a los Migrantes que es coordinado por los Padres Scalabrinianos.
«Acogernos en su Iglesia Catedral y en el corazón de esta ciudad y de este país hermano que generosamente viene acogiendo a tantos y tantos miles de peruanos y peruanas brindándoles oportunidades de trabajo, y que vienen colaborando al desarrollo de vuestro país y a mejorar la calidad de vida de sus familias en su propia patria de origen», dijo, agradeciendo al Cardenal Errázuriz.
En relación a la solemnidad, señaló que la Iglesia del Perú instituyó al Señor de los Milagros como patrono de los emigrantes peruanos, debido a que su devoción y procesiones «ya no se circunscriben a Lima, ni al Perú, sino que tienen su réplica ferviente en diferentes pueblos y naciones a donde han emigrado los hijos del Perú. Como lo estamos viendo y palpando de forma muy concreta en esta querida ciudad de Santiago de Chile».
«Él se ha convertido en el primer migrante que alienta y acompaña a los hijos del Perú en su fe, en su peregrinación, en sus esperanzas y sufrimientos, en los pueblos que los han acogido en su seno y en sus comunidades eclesiales», manifestó.
Procesión
Una vez finalizada la eucaristía, se dio inicio a la procesión de la imagen del «Cristo morado» por las calles céntricas de la capital. La marcha duró cerca de seis horas y en ella diversos cargadores de la Hermandad trasladaron la venerada imagen mientras un grupo de mujeres devotas que encabezaban la procesión impregnaban de incienso el ambiente.
Durante el trayecto, hubo diversas estaciones donde distintas comunidades le rindieron homenaje al Señor de los Milagros. La procesión culminó con la llegada al frontis de la parroquia Nuestra Señora de Pompeya, donde miles de fieles despidieron la imagen.
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