Redacción (Lunes, 01-04-2019, Gaudium Press) El Papa Silvestre II, el primer Papa francés de la historia, pasó a los registros históricos también por su conocimiento científico y ser el inventor del reloj mecánico. Este Pontífice se destacó por un pontificado gratamente recordado y por haber establecido los reinos cristianos de Hungría y Polonia. Además, sirvió a la Iglesia en la llegada del año 1000, por lo cual su figura fue rodeada de numerosos mitos y supersticiones.
Reloj medieval de la ciudad de Praga, República Checa. Foto: Medievalists. |
Los conocimientos del Pontífice eran notables. Nació en una familia humilde, pero dedicaba sus noches, después de trabajar como pastor en el campo, a estudiar astronomía, por lo que un sacerdote local le ayudó a continuar su formación académica. En el año 963 ingresó al Monasterio de Saint Gerald de Aurillac y sus superiores lo enviaron al Monasterio de Santa Maria de Ripoll, en España, por su notable avance. En este lugar profundizó sus conocimientos en matemáticas, astronomía, filosofía y lengua árabe.
Visitó varios monasterios en Francia y en la ciudad de Rheims comenzó a diseñar el que sería su reloj mecánico, un invento que se concretó en la Universidad de Magdenburgo en Alemania, donde el mecanismo era empleado para dar precisión a los llamados a la oración de los religiosos. El éxito de su inventiva suscitó leyendas de supuestos pactos con espíritus o el empleo de fórmulas mágicas árabes.
Sin embargo, la historia limpiaría la imagen del notable religioso. En 998 fue nombrado Arzobispo de Rávena y en 999 elegido Papa tras la muerte de Gregorio V. Durante su pontificado padeció las revueltas populares y en 1001 debió dejar Roma para refugiarse en Rávena durante más de un año, y estableció el uso del sistema matemático decimal. Pudo regresar a Roma finalmente, donde falleció el 12 de mayo de 1003.
Con información de uCatholic.
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