Redacción (Viernes, 05-04-2019, Gaudium Press) Su nombre es Tom Colucci, era capitán en el Departamento de Bomberos de Nueva York cuando ocurrió el atentado terrorista de las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001, pero desde hace dos años es sacerdote.
El ahora padre Colucci, en un video sobre «Historias de Esperanza», difundido por Aleteia en inglés, contó su testimonio pasando de salvar vidas a salvar almas.
Comentó que aquel día terrorífico el vio «lo peor de la humanidad», pero también vio «lo mejor de la humanidad»; y que ese 11 de septiembre fue justo cuando se inspiró para ser sacerdote, «porque vi que en esta tragedia nos involucrábamos en algo más grande que nuestro pequeño mundo. Todos estábamos interconectados en una gran familia humana. Hay algo más grande, hay otro propósito en esta vida. Entonces sentí que quería hacer algo que ayudaría a mucha gente, a un mayor número de personas».
El padre Tom Colucci como bombero se dedicó a salvar vidas, pero desde hace dos años su misión es salvar almas. |
Señaló, además, que él ya había pensado en hacerse sacerdote antes de aquellos acontecimientos, pero que ese día «solidificó un poco más» su decisión.
Ahora, a dos años de su ordenación sacerdotal, solo está agradecido con Dios: «Es una vida maravillosa y solo agradezco a Dios por todas las bendiciones que me ha dado».
Según el Padre Colucci, su experiencia como bombero, le ha servido ahora para su servicio sacerdotal: «tanto en el departamento de bomberos como en el sacerdocio se ayuda a las personas necesitadas. En el departamento de bomberos la gente nos llama a todas las horas del día y de la noche. No preguntamos quiénes son: simplemente vamos, respondemos, les ayudamos. Lo mismo es con el sacerdocio».
Recuerda que todos tenemos cuerpo y alma, por esta razón ambos son importante «salvar vidas y salvar almas».
De ahí que para el Padre Colucci uno de los temas que más trabaja con las personas, es el perdón. Así lo expone en el video: «Mucha gente se pregunta ‘¿Cómo perdonas a las personas?’ (…) El perdón es muy, muy importante para seguir adelante en la vida, y también tenemos que hacerlo porque te aferras a la ira y al dolor. Sólo te come por dentro, destruye tu vida. Nunca lo olvidaremos, pero tenemos que perdonar de corazón y dejar que Dios juzgue a las personas que nos lastiman en la vida. Nuestro Señor nos pide que perdonemos a la gente».
Aquel 11 de septiembre
El sacerdote también narró en el video cómo vivió aquel 11 de septiembre:
«Me dirigía a casa cuando me enteré de los horribles ataques. Llamaron a todos los policías y bomberos a la escena. Así que di la vuelta, volví a la ciudad y regresé al cuartel de bomberos. Tomamos nuestro equipo y corrimos hacia la escena. Estuvimos en la torre sur, donde comenzamos a cavar en los escombros en busca de cualquier cuerpo o recuperación que pudiéramos hacer. Mientras estábamos en la escena, la segunda torre se derrumbó».
Desafortunadamente el entonces bombero Colucci vio morir a sus hombres y compañeros tras la caída de la segunda torre.
Pero pese a la tragedia, logró ver la presencia de Dios a través de las personas: «La imagen más impresiónate en la que pienso es la respuesta de las personas que fueron a la escena. Había bomberos, había policías, había ambulancias, médicos, enfermeras (…) mucha gente vino a ayudar. Todos respondieron (…) Algunos preguntaban: ‘¿Dónde estaba Cristo ese día?’ (…) Cristo fue toda esa gente, todos los que se presentaron ese día. Estaba con nuestro dolor y en nuestro dolor».
De la redacción de Gaudium Press, con información de Aleteia.
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