Ciudad del Vaticano (Miércoles, 10-04-2019, Gaudium Press) El Obispo de Hyderabad, en Paquistán, Mons. Samson Shukardin, a propósito del «Año de los Jóvenes» dijo, durante un encuentro de la Comisión para los jóvenes de la Conferencia episcopal paquistaní, reunida en la Catedral de San Patricio, en Karachi:
«El Año de los jóvenes en Paquistán será un momento para alimentar nuestro futuro, para cuidar de los jóvenes, para oírlos y para acompañarlos en su camino de fe y para crecer en la santidad».
El encuentro de la Comisión se dio una semana después la Conferencia de los obispos católicos del país del centro-sur de Asia haber anunciado el año 2020 como el «Año de los Jóvenes» para la Iglesia católica en Paquistán.
Mons. Shukardin, que participó del Sínodo de los jóvenes realizado en el Vaticano en octubre del año 2018, explicó:
«Nuestra misión es ayudar a los jóvenes a crecer en la fe y a vivir una vida feliz en la sociedad. Nos inspiramos en Jesús que caminaba, compartía y acompañaba a los discípulos de Emaús».
«Heme aquí, envíame»
Fue formado un Comité ad hoc para programar y seguir las varias iniciativas del Año de la Juventud que tendrá inicio con la fiesta de Cristo Rey del año 2019 y se concluirá en la misma festividad del año 2020.
El tema escogido es el versículo bíblico «¡Heme aquí, envíame!» (Isaías 6,8), escogido bajo influencia del Sínodo sobre los jóvenes del año 2018.
Vocación Misionera: conocer, discernir y vivir
Mons. Shukardin declaró a la Agencia Fides que «el tema fijado para el Año de la Juventud quiere ayudar a los jóvenes a reconocer, discernir y vivir su vocación misionera, para servir a la Iglesia como sacerdotes, religiosos y laicos».
Observó además el prelado que «los jóvenes precisan de un padre espiritual, como son necesarios pastores y líderes laicos preparados para trabajar con los jóvenes, que pueden acompañarlos y ayudarlos a superar los desafíos que enfrentan en su vida cotidiana».
Envolver, confiar en los jóvenes para ser misioneros
Mons. Shukardin concluyó:
«Debemos responsabilizar y envolver a los jóvenes en la Iglesia atribuyéndoles responsabilidades, confiando en ellos y formándolos para difundir la Palabra de Dios y los valores cristianos también a través de los medios de comunicación, de la música, de las artes, de las actividades lúdicas y del deporte».(JSG)
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