París (Miércoles, 17-04-2019, Gaudium Press) Entre los muchos destrozos ocurridos en Notre-Dame de París con ocasión del incendio del lunes, había una pérdida que tocó sensiblemente el corazón de numerosas personas en el mundo entero: la desaparición del gallo que coronaba la flecha de Viollet-le-Duc. El gallo también era obra de Viollet-le-Duc.
El gallo portaba tres reliquias del más alto valor: un pedazo de la Corona de Espinas, una reliquia de Santa Genoveva (quien consiguió con la oración, impedir que Atila destruyera París), y una reliquia de San Dionisio, primer obispo de París. Es además le coq (el gallo) símbolo de Francia, de su donaire y elegancia, de su gusto por la honrosa lucha, decidida y digna.
Por todo ello, es más que comprensible el rostro de gran alegría del especialista en restauración de monumentos históricos quien ayer halló entre los escombros el gallo de la flecha de Notre-Dame. Era más que un signo de esperanza. La noticia era anunciada vía twitter por Jacques Chanut, jefe de la Federación francesa de construcción, y después confirmada por el Ministerio de la Cultura del país.
Las reliquias del gallo de Notre-Dame fueron allí colocadas en 1935 por el entonces Arzobispo de París, Cardenal Verdier, para que la flecha fuese una especie de «pararrayos espiritual», y por ello la juiciosa escogencia de las mismas: un resto de la corona de espinas símbolo de nuestra redención que costó la sangre de Dios, otra de Genoveva, aquella que impidió con su santidad y su fe que el peor bárbaro de toda la historia destruyese la incipiente Ciudad Luz, y la última de Dionisio, símbolo de una fe que ya se había arraigado en la que sería la joya arquitectónica del mundo entero.
El rector de Notre-Dame, Mons. Patrick Chauvet, no asegura que las reliquias aún se hallen dentro de los restos del gallo. Una fuente del ministerio de Cultura afirmó que a pesar de las muchas abolladuras que tiene el gallo de bronce, él puede ser restaurado. Esta fuente aún no puede afirmar si aún las reliquias ahí se encuentran.
Con información de Le Figaro
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