Florencia (Miércoles, 24-05-2019, Gaudium Press) Para algunos jóvenes sería una locura dedicar un año de sus vidas a la oración y formación en un monasterio, para luego salir a las calles a llevar el anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo, pero no lo es para aquellos que hacen parte de la Escuela de Evangelización de la iniciativa ‘Sentinelle del Mattino di Pasqua’, que traduce al español «Centinelas de la Mañana de Pascua».
Se trata de una propuesta de formación y evangelización que funciona junto al Monasterio del Espíritu Santo, en las colinas de Florencia, Italia, donde jóvenes se preparan durante un año para anunciar a Cristo en las plazas, calles, playas, centros comerciales, etc.; evangelizando irradiando la alegría.
La iniciativa está inspirada en la fraternidad ‘Jeunesse Lumiere’, fundada en Francia en el año 1984 por el monje benedictino, Padre Daniel Ange, quien tras vivir un periodo como eremita en África, quedó muy conmovido por la tristeza que vivían los jóvenes en occidente. Así que ve la necesidad de formar a jóvenes misioneros para que lleven a sus coetáneos un mensaje de esperanza y amor.
Monasterio del Espíritu Santo, Provincia de Florencia / Foto: scuoladievangelizzazione.it. |
A Italia, la experiencia llega de manos del sacerdote Gianni Castorani, quien antes de ser presbítero vivió la experiencia en Francia, transformando su vida.
De acuerdo con el sacerdote, quien es citado por Famiglia Cristiana, todo tiene un propósito: «Hablar con los jóvenes, responder a sus preguntas, al miedo del mañana, a las inquietudes y preocupaciones, proponiendo el Evangelio como respuesta».
Pero antes de formar jóvenes misioneros, es necesario que ellos vivan una experiencia de meditación y contemplación, que es la que se realiza en la Escuela de Evangelización con la vivencia, durante un año, en un monasterio. Esta escuela, que nació de los «Centinelas de la Mañana de Pascua», fue fundada en el 2007 en una pequeña parroquia de Mugello, Provincia de Florencia, siendo luego trasladada a su entono actual, en el Monasterio del Espíritu Santo.
Allí los jóvenes, antes de Evangelizar en las calles, pueden dedicar un año de sus vidas a Dios, a través de cuatro pilares: la oración, guiada por la Liturgia de las Horas; la formación, la vida comunitaria, para salir ya a la misión.
La escuela es hoy una realidad diocesana que, como se expone desde su web scuoladievangelizzazione.it, «acoge, educa y manda al mundo jóvenes apóstoles de Cristo».
Una iniciativa que también ha dado frutos vocacionales, ya que quienes optan por vivir un año en el monasterio, aceptan la «castidad con alegría, pobreza con alegría, obediencia con alegría», convirtiéndose en un periodo de discernimiento para la vocación.
«Algunos jóvenes que han asistido a la escuela son sacerdotes o monjas», señala el Padre Gianni, quien también explica, que varios han visto igualmente fortalecida su vocación al matrimonio.
Otros, como es el caso de Carolina, una joven de 22 años que vivió la experiencia, han hallado en la Escuela de Evangelización un espacio para crecer en su vida de fe, encontrando ritmo en la oración, una meditación diaria en la Palabra, el llamado «desierto» del viernes dedicado al silencio, así como reuniones diarias con maestros que abortan temas bíblicos y teológicos con los jóvenes.
Con información de famigliacristiana.it.
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