Washington (Miércoles, 24-04-2019, Gaudium Press) El Obispo de Phoenix, Estados Unidos, Mons. Thomas Olmsted, fue invitado a impartir un discurso en el Desayuno Nacional de Oración, celebrado en la ciudad de Washington el pasado 23 de abril. El Obispo invitó a todos los presentes, entre quienes figuraban importantes personalidades de la esfera pública norteamericana, a dar un testimonio renovado en momentos en que se pone en duda la verdad sobre la moralidad, la vida y la familia.
Mons. Thomas Olmsted, Obispo de Phoenix, Estados Unidos. Foto: American Life League. |
El primer punto tratado por el prelado fue la reacción de los fieles ante los escándalos recientes al interior de la Iglesia, sobre lo cual afirmó que existe una saludable indignación que debe motivar respuestas acertadas. «Sus preocupaciones son justas y deben ser respondidas tanto con sacrificio como con acciones», expresó el Obispo, quien aseguró que «no está mal estar molesto con lo que está mal; no está mal estar molesto con las cosas que son impuras e inmorales».
Mons. Olmsted pidió a los fieles «orar por nosotros, sus pastores, para que actuemos con confianza radical en la gracia de Cristo Resucitado para cargar cualquier carga que provenga de ofrecer sanación a las víctimas, denunciar con honestidad el mal, defender con claridad las verdades inconvenientes del Evangelio y ejercer el liderazgo decisivo en nombre de Cristo». Estos deberes no son sólo para con los laicos, sino con Cristo mismo, expuso.
Sobre el deber de los Obispos y los católicos de defender la fe, el Obispo destacó varias enseñanzas que necesitan una especial protección en la actualidad a causa de su impopularidad en la cultura actual. Denunció de forma particular el avance de la ideología de género, que ataca «dos bellas pero demandantes realidades, a veces inconvenientes: el matrimonio y el niño». Mons. Olmsted alertó que debilitar aún más el matrimonio «no hará nada para fortalecer nuestro gran país. Nosotros, cristianos, entonces debemos defender esta realidad del matrimonio hoy, en nuestros hogares y en la plaza pública, sin importar el riesgo de persecución por hacerlo».
Sobre el ataque a la infancia, el prelado lamentó la fuerte oposición despertada por un proyecto de ley de protección a los niños que sobreviven a un intento de aborto. «¿De dónde viene este flagrante desprecio por la vida de un niño? De un corazón endurecido», afirmó. «Un niño necesita amor, y el amor cuesta, y el corazón humano debe estar preparado para pagar el precio del amor cuando el niño llega. Cristo nos llama a defender a cada niño».
Mons Olmsted recordó las palabras del Papa Francisco en contra de la ideología de género, denunciada como una «colonización ideológica», y de San Juan Pablo II en defensa de la sacralidad de la vida humana, para animar a los presentes a dar un testimonio coherente en cada uno de sus lugares. «Ustedes, cabezas de nuestras iglesias domésticas, las células más pequeñas y vitales de la Iglesia y de la sociedad, tienen como su primera responsabilidad entregarse a sus votos sacramentales del matrimonio», exhortó el Obispo. «Esto conlleva una apertura extraordinaria al don de la nueva vida humana».
Con información de National Catholic Register.
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