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Redacción (Viernes, 26-04-2019, Gaudium Press) Ya la intención era buena, tenía a Dios como primer fin: Decía en correspondencia Juan III a Tomé de Souza, primer gobernador general del Brasil, que «la principal causa que me movió a mandar poblar las dichas tierras del Brasil fue para que la gente de ellas se convirtiesen a nuestra santa fe católica».
La naves de Pedro Alvarez Cabral avistan costas brasileñas. Las 13 carabelas tocan tierra en abril de 1500, desembarcan pero luego van a un sitio más protegido, la playa de la Corona Roja, y ahí se oficia el primer santo sacrificio en esas tierras.
El oficiante principal no era solo un humilde fraile, de los muchos santos que había en esos tiempos. Fray Henrique de Coimbra fue un destacado misionero en India y África. Él había sido escogido como guardián de los conventos que los franciscanos edificarían en la India, y en las carabelas de Cabral viajaba con un grupo de clérigos seculares que también misionarían en Oriente. Estos concelebraron esa primera misa, fue pues una misa con mucho sacerdote.
Los portugueses, muy devotos en el santo sacrificio. Pero oh sorpresa, los indios también, según cuenta el cronista Pero Vaz de Caminha.
Iniciadas las oraciones, los naturales empezaron a acercarse con cierta admiración, y finalizado el rito sacro manifestaron su contento con cuernos, bocinas y danzas. Bien estaban recibiendo a Cristo sacramentado que llegaba. Esta feliz recepción motivó a que el cronista Caminha pidiese al Rey de Portugal misioneros para que hicieran allí su labor.
Antes de partir, un portugués, Nicolás Coelho, le dio a Fray Henrique unas cruces de estaño, que este distribuyó entre los indios. Y ahí quedó plasmado el primer nombre con el que se conoció al Brasil «Tierra de Vera Cruz», de la verdadera cruz o santa cruz. La cruz del cristianismo comenzó su difusión por este subcontinente.
La escena grandiosa de la primer sacrificio del altar en el Brasil entra con más facilidad en el imaginario colectivo por el pincel de Victor Meirelles de Lima, quien la inmortalizó en el famoso cuadro «A Primeira Missa no Brasil», realizado en 1861.
Hoy Brasil tiene alrededor de 170 millones de católicos. (SCM)
Con información de la historiadora Mayra Poubel
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