Tres dones trajo Jesús en su segunda aparición tras la Resurrección, dijo el Papa

Ciudad del Vaticano (Lunes, 29-04-2019, Gaudium Press) Tres dones trajo elSeñor en su segunda aparición a los discípulos tras su Resurreción: fue este el eje del comentario que hizo el Papa a la lectura evangélica de ayer, Domingo de la Misericordia, y segundo domingo de Pascua.

Antes de hablar de los tres dones, el Pontífice recordó que Jesús invitó a Santo Tomás a tocar sus heridas, com diciéndole: «Si tú no estás en paz, toca mis heridas, que de ellas surge la Misericordia, de la cuál todos somos necesitados.

Al aparecer por segunda vez en el Cenáculo junto a los apóstoles Jesucristo los saluda con la invocación característica: «La paz sea contigo». Jesús trae paz auténtica. «Sus discípulos eran los primeros que necesitaban esta paz, porque, después de la captura y la sentencia de muerte contra el Maestro, habían caído en el desconcierto y el miedo. «Jesús se aparece vivo entre ellos y, mostrando sus heridas en el cuerpo glorioso, da la paz como el fruto de su victoria», dijo el Papa.

El apóstol incrédulo no se encontraba en la primera visita de Jesús Resucitado. En esta segunda ocasión el Señor lo invita a tocar sus heridas, que «son la fuente de paz, porque son el signo del inmenso amor de Jesús que derrotó a las fuerzas hostiles del hombre, es decir, el pecado, el mal y la muerte».

La alegría, la misión

Cuando los apóstoles ven a Jesús, se llenan de alegría. El evangelista anuncia que «los discípulos se regocijaron al ver al Señor». El Papa recordó que la Pascua es tiempo de alegría, la Resurrección de Jesús es la más alta fuente de gozo.

Pero también el Señor convoca a la misión, a compartir la alegría de la Resurrección de Cristo. «Este amor se extendió a través de los apóstoles y sus sucesores, pero también a través de todos los demás fieles. De hecho, el Jesús resucitado confía la tarea de anunciar el maravilloso evento de su resurrección a cada cristiano». Cada persona bautizada está llamada a transmitir los dones divinos de paz y alegría, dijo, continuando así la misión salvadora de Jesús en el mundo, cada uno de acuerdo con su propia vocación».

Con información de Vatican News