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Ciudad del Vaticano (Lunes, 29-04-2019, Gaudium Press) Al final de la mañana del pasado viernes 26/04, los participantes del Congreso Internacional de la Federación Bíblica Católica fueron recibidos en Audiencia por el Papa Francisco.
El encuentro con el Papa fue una oportunidad para Francisco decir a los congresistas que «la Biblia no es una bella colección de libros sagrados a estudiar, es Palabra de vida a sembrar».
Congreso
El Congreso de la Federación Bíblica Católica tuvo su inicio el día 23 pasado y celebra los 50 años de la Federación.
El tema del Encuentro es «La Biblia y la vida: la inspiración bíblica de toda la vida pastoral y misión de la Iglesia (VD 73) – Experiencias y desafíos».
«Biblia», «Vida». Fue a partir de esas dos palabras que el Pontífice desarrolló su discurso.
Palabra de Dios: está viva y da vida
«La Palabra de Dios es viva, no muere ni envejece, permanece para siempre».
«Está viva y da vida. La Palabra, de hecho, trae al mundo el respiro de Dios, infunde en el corazón el calor del Señor a través del soplo del Espíritu», dijo Francisco, citando el Nuevo Testamento.
Para el Papa, la Biblia no es una bella colección de libros sagrados a estudiar, es Palabra de vida a sembrar y el trabajo de los académicos debe tener este fin. Él dijo también que, en la Iglesia, la Palabra es una insubstituible inyección de vida, de ahí, las homilías ser tan fundamentales.
«La predicación no es un ejercicio de retórica ni tampoco un conjunto de sabias nociones humanas: sería solamente leña.
Ella es, en lugar de eso, compartir del Espíritu, de la Palabra divina que tocó el corazón del predicador, el cual comunica aquel calor, aquella unción.»
Única Palabra de Vida Eterna
Diariamente oímos demasiadas informaciones, pero no podemos renunciar a la Palabra de Jesús, ella es la única Palabra de vida eterna que necesitamos cotidianamente, dijo Francisco, citando la Evangelli gaudium:
«Sería bello que la Palabra de Dios se tornase siempre más el corazón de toda actividad eclesial», dijo.
«Es deseo del Espíritu plasmarnos como ‘formato-Palabra’: una Iglesia que no hable por sí y de sí, sino que tenga en el corazón y los labios al Señor. Al contrario, la tentación es siempre aquella de anunciar a nosotros mismos y de hablar de nuestras dinámicas, pero así no se transmite al mundo la vida.»
«La Iglesia no se cansa de anunciar, no cede a la desilusión, no se rinde en promover en todos los niveles la comunión, porque la Palabra llama a la unidad e invita a cada uno a oír al otro, superando los propios particularismos».
El Papa todavía recordó, ya caminando para el cierre de sus palabras que la Iglesia que se nutre de la Palabra, vive para anunciarla, lanzándose por las estradas del mundo, hasta los confines de la tierra. Ella no se cansa.
«Biblia y vida: vamos a comprometernos para que esas dos palabras se abracen, para que jamás una se quede sin la otra. Recemos y trabajemos para que la Biblia no se quede en la biblioteca, sino que corra por las estradas del mundo.
Y hago votos para que ustedes sean buenos portadores de la Palabra, con el mismo entusiasmo que leemos en esos días en las narraciones pascuales, donde todos corren: las mujeres, Pedro, Juan, los dos de Emaús… Corran para encontrar y anunciar la Palabra viva.» (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones Vatican News)
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