Ciudad de México (Jueves, 02-05-2019, Gaudium Press) La Iglesia mexicana lleva a cabo los últimos preparativos para una multitudinaria celebración en la Basílica de Guadalupe: la Beatificación de Concepción Cabrera, una seglar que inspiró cinco obras religiosas y laicales. La ceremonia será presidida por el Cardenal Angelo Becciu, Delegado del Papa Francisco y Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y concelebrada por más de 80 Obispos.
Próxima Beata Concepción Cabrera de Armida. |
Según informó el Seminario Desde la Fe, de la Arquidiócesis Primada de México, todo está listo para culminar el ascenso a los altares de la notable seglar y madre de nueve hijos, cuyo proceso de beatificación tomó más de seis décadas. «Una causa inicia siempre donde muere la Sierva de Dios. En este caso Conchita muere en la Ciudad de México. El Proceso se abre el 25 de marzo de 1954, esto nos hace ver que han pasado 64 años para llegar a la beatificación, es un largo proceso en el que se estudia la vida y, sobre todo, la heroicidad de las virtudes», comentó el Postulador de la Causa, P. Alfredo Ancona.
«Estarán en crisis muchas instituciones y dentro de ellas también nuestra Iglesia, pero lo que no está en crisis es el amor y la vida de Jesús», indicó el heraldo de México el P. José Luis Loyola, misionero del Espíritu Santo, una de las cinco fundaciones de la próxima Beata. «En ese sentido, Conchita es un patrimonio que nos puede devolver también a la Iglesia el encanto por lo que deberíamos de vivir como servidores de Jesús. Celebrar a Conchita nos hace recuperar la belleza del rostro de la iglesia, que es la santidad».
La Beatificación fue posible al certificarse como milagro obtenido por intercesión de la Venerable la curación inexplicable de Jorge Treviño Gutiérrez, quien padecía esclerosis múltiple y otros problemas musculares severos. A pesar de sus malas condiciones de salud y las fuertes incomodidades (sus dolencias le causaban frecuentes desgarres y calambres), Gutiérrez decidió peregrinar desde Monterrey a Jesús María, San Luis Potosí, para visitar un Santuario y suplicar la intercesión de la fundadora.
A las oraciones del enfermo se sumaron las de los miembros de las Obras de la Cruz, a quienes refirió su intención de pedir su curación antes de someterse a una cirugía programada pero que no se llevó a cabo. Después de visitar el Santuario fue internado en un hospital de Monterrey, donde se quedó dormido sosteniendo una estampa de la próxima Beata. Al despertar constató que podía abrir la mano izquierda y mover de manera tranquila los pies. Los análisis de los médicos constataron que no requería cirugía alguna.
La próxima Beata requeriría la certificación de un segundo milagro para ser canonizada y, según el Postulador de la Causa, ya se han documentado tres hechos más que podrían ser considerados como tales. Los milagros son solicitados por la Iglesia como prueba de la voluntad divina de proponer a los Santos y Beatos como modelo para los fieles.
Con información de Desde la Fe y El Heraldo de México.
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