Kara (Jueves, 02-05-2019, Gaudium Press) El P. Donald Zagore, Teólogo de la Sociedad de Misiones Africanas de Togo en Costa de Marfil, comentó sobre la necesidad de avanzar en África hacia una «espiritualidad del trabajo» con motivo de la fiesta de San José Obrero, celebrada en la Iglesia Universal el pasado 01 de mayo. El presbítero comenzó que esta espiritualidad expresaría «el plan y la visión que Dios quería para el trabajo y el trabajador».
El trabajo humano glorifica a Dios y es señal de obediencia a su voluntad. |
«Es cierto que el trabajo nutre y enriquece, también es cierto que ennoblece y libera pero, sobre todo, glorifica a Dios», comentó el teólogo en diálogo con la agencia Fides. «El trabajo es un signo de la obediencia del hombre a Dios». El sacerdote explicó que la esencia del trabajo en el Evangelio no se encuentra centrado en la riqueza, la eficiencia o la producción, sino en «el amor de Dios, del prójimo y de la creación».
El P. Zagore comentó que la espiritualidad católica devuelve la dignidad al hombre y lo libra de la explotación, incluso la que se presenta con rostro religioso como la promovida por las sectas. «En una África donde la tasa de desempleo está en aumento, el africano está expuesto y sometido a cualquier forma de explotación», explicó. «Una de estas formas es la religión a través del llamado Evangelio de la prosperidad, que se presenta como el único modo de enriquecimiento y de éxito social, y que ahora tiende a reemplazar el trabajo en la vida de las personas. Con la lógica del cristianismo de la prosperidad, no hay necesidad de trabajar, sólo se necesita poder manipular la religión y explotar a los más débiles para convertirla en una fuente de enriquecimiento sin ningún esfuerzo», denunció el teólogo.
«Debemos tener el valor de denunciar la opulencia y la riqueza de estos ‘hombres de Dios’ amasadas a través de la religión, mientras los fieles sufren y padecen miseria», concluyó el P. Zagore. «Servir a Dios nunca debe entenderse como un empleo lucrativo. El trabajo es una vocación de Dios y cada hombre debe responder a esta vocación en la verdad de su ser».
Con información de Fides
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