Ciudad del Vaticano (Viernes, 03-05-2019, Gaudium Press) A los participantes de la Plenaria de la Academia de Ciencias Sociales, Francisco afirmó que la Iglesia siempre exhortó «al amor del propio pueblo y de la patria», pero, apuntó para los desvíos de este sentimiento cuando resulta en la exclusión y el odio por los demás.
El tema de esta Plenaria fue la «Nación, Estado, Estado-Nación» y, en largo discurso a los participantes del Encuentro, Francisco trató de los neopopulismos y sus consecuencias.
Según el Papa, algunos Estados nacionales actúan más en espíritu de contraposición que de cooperación. Para él, las fronteras de un país no siempre coinciden con demarcaciones de poblaciones homogéneas y muchas tensiones provienen de una excesiva reivindicación de soberanía por parte de los Estados.
Amor al pueblo, a la patria
En sus palabras recordó que la Iglesia siempre exhortó «al amor del propio pueblo y de la patria», entretanto, siempre advirtió para los desvíos de este sentimiento cuando resulta en la exclusión y el odio por los demás.
Por eso, afirmó Francisco, la Iglesia observa con preocupación el reemerger en todo el mundo de corrientes agresivas contra los extranjeros, especialmente los inmigrantes, como también de un creciente nacionalismo que ignora el bien común. Y eso puede comprometer formas ya consolidadas de cooperación internacional, dijo.
Peligro de un enfrentamiento nuclear
Francisco trató también de una preocupación que él tiene, acentuando a un nuevo estado «de enfrentamiento nuclear», que, según él, cancela los progresos del pasado reciente y multiplica el riesgo de guerras.
«Si, ahora, no solamente sobre la tierra, sino también en el espacio fueron colocadas armas nucleares ofensivas y defensivas, la llamada nueva frontera tecnológica habrá aumentado y no disminuido el peligro de un holocausto nuclear.»
Al concluir su discurso, el Pontífice dijo que es tiempo de una mayor responsabilidad y de una renovada solidaridad internacional.
Hoy, destacó, es tarea del Estado participar de la edificación del bien común de la humanidad, siempre manteniendo la soberanía de cada país y preservando la identidad y la riqueza de cada pueblo. (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de Vatican News)
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