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Montevideo (Lunes, 06-05-2019, Gaudium Press) El Cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo, concedió una entrevista al diario El País, uno de los más importantes del Uruguay. Muy diversos aspectos fueron abordados en la entretenida y sustanciosa entrevista, de los cuáles Gaudium Press destaca algunos:
Sobre el descenso del número de los que se dicen católicos en el país, solo el 33 por ciento, el purpurado uruguayo menciona varias causas, como por ejemplo un fuerte proceso de secularización iniciado en el S. XIX, cuando la Iglesia «no era muy fuerte». Pero rechaza el Cardenal la idea de que para revertir ese proceso, la Iglesia tenga que acomodarse a la moda del momento:
«No coincido. Hace 50 años la Iglesia hizo un aggiornamento enorme en el Concilio Vaticano II y el resultado no fue más gente en la Iglesia. Al contrario, hubo un bajón. Aggiornarse es una palabra eclesial, de hecho. Lo importante para la Iglesia es ser fiel a Jesucristo y el Evangelio y es cuando la Iglesia se hace atractiva. No cuando se quiere poner a la moda», dijo el Cardenal Arzobispo.
Sobre si es un error un posicionamiento firme de la Iglesia en temas como aborto, el llamado matrimonio homosexual e ideología de género, el purpurado responde que «la Iglesia no puede cambiar el Evangelio para quedar bien con el mundo de hoy. El tema es cómo a la gente de hoy la Iglesia le anuncia el Evangelio de siempre. Tenemos un ejemplo clásico: la misa y el sermón del cura. Si un cura sigue con un esquema de una predicación larga, sonó. Ni que decir las palabras que usa. Si hablamos chino eclesiástico… Ahí la Iglesia le ha errado y debe adecuarse. Pero una cosa es adecuar el lenguaje y otra el mensaje. El mensaje es el mismo. Si es duro, es el mensaje de la Iglesia. Hay cosas que la Iglesia hoy comprende más que antes, como toda la sociedad».
Sobre por qué no se elimina el celibato sacerdotal, como por ejemplo ocurre en cultos cristianos, responde el Cardenal Sturla que «las iglesias que no tienen celibato, también tienen crisis de falta de vocaciones para los pastores. Es engañoso pensar que no hay curas por el celibato. En general no hay curas por dos motivos fundamentales: porque ha bajado la tasa de natalidad y las familias tienen menos hijos, y por la falta de fe».
Los obispos uruguayos, desde 1971, emiten pronunciamientos orientadores en las antesalas de las elecciones políticas. ¿Por qué? «La Iglesia es partera de la patria. Tiene 400 años en estas tierras y Uruguay nació hace casi 200 años. Algo de autoridad tenemos para decir unas palabras que orientan a los católicos, pero que además sirven para poner algunos temas sobre el tapete. Tenemos todo el derecho y el deber de hacerlo».
¿Cuál es el problema que, en la mente del Cardenal, más debería preocupar al Uruguay?
«El problema más grande de Uruguay no está en el debate electoral. Es espiritual, el sentido de la vida, y eso está reflejado en dos síntomas: la baja tasa de natalidad y el alto índice de suicidios, sobre todo juveniles. Eso tiene que ser una llamada de alerta a la sociedad: no lo soluciona ningún partido ni ningún candidato. Es un tema que debemos afrontar como sociedad y tiene hondas raíces espirituales».
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