Gdansk (Martes, 07-05-2019, Gaudium Press) La Arquidiócesis de Gdansk, Polonia, celebró la fiesta de San Adalberto Obispo, Patrono de la Diócesis y Patrono de Polonia, un Santo que tuvo un importante papel para la consolidación de la nación polaca. Numerosos peregrinos participaron en las varias celebraciones, al igual que el Obispo de Drohiczyn, Mons. Antoni Dydycz, el Arzobispo de Gdansk, Mons. Slawoj Leszek Glódz y sus Obispos auxiliares.
San Adalberto de Praga. |
Las celebraciones iniciaron con la peregrinación matutina con las reliquias de San Adalberto a cargo de la asociación de varones Semper Fidelis, recibidos por el Obispo auxiliar de Gdansk, Mons. Zbigniew Zielinski . Otra peregrinación de jóvenes del templo de la Santísima Trinidad se sumó a la fiesta y luego las provenientes de Legów y Pruszcz. El epicentro de la solemnidad fue la colina de San Adalberto, donde Mons. Antoni Dydycz presidió una Eucaristía en la explanada.
Mons. Glodz indicó a los fieles que la sangre de los mártires no puede ser borrada de la tierra, incluso con los esfuerzos sacrílegos de quienes intentaron silenciar la religión y promover el ateísmo y la impiedad. «Se debe recordar a las generaciones más jóvenes el carácter a partir del cual comienza nuestra historia y nuestras relaciones con el cristianismo», expresó por su parte Mons. Dydycz en su homilía, destacando la importancia del Santo en la consolidación de la nación. «Muchos hombres llevan su nombre, muchos niños todavía están siendo bautizados con su nombre»: Wojciech, que es traducido al español como Adalberto.
«El legado de San Adalberto, esta semilla de muchos siglos, se dio a conocer. Esta tierra, en la que dio su vida, se convirtió en el hogar de personas de las Tierras Fronterizas sin posesiones, pero con banderas polacas», recordó el prelado. «Además, aquellos que han vivido aquí durante siglos, los Kashubianos, siguen apegados a la Iglesia y su tradición, diferentes, pero ellos mismos se consideran polacos».
La participación de San Adalberto en la historia polaca se da en su arduo trabajo apra evangelizar la región y llevar la fe cristiana a Hungría, Polonia y Prusia. Se considera que el Santo es el autor del primer himno de Polonia y su apostolado incluyó la erradicación de la esclavitud y de la poligamia, común entre los habitantes. Como Obispo de Gniezno, coronó Rey al duque Boleslao I, un hecho histórico de gran importancia para la nación. Tras su martirio posterior en un viaje para evangelizar a los prusos, el rey pagó una cuantiosa recompensa para recuperar sus restos, que fueron ampliamente venerados. Años después fue canonizado y se recuerda bajo el nombre de San Adalberto de Praga, por haber sido prelado de esa ciudad durante varios años.
Con información de KAI.
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