Detroit (Miércoles, 22-05-2019, Gaudium Press) El Arzobispo de Detroit, Estados Unidos, Mons. Allen H. Vigneron, presidió una Eucaristía solemne en el Seminario del Sagrado Corazón para celebrar junto a
80 religiosas los aniversarios más emblemáticos de su consagración a Dios a través de los votos. Los años servidos por las monjas presentes suman la considerable cifra de 4.935 años de servicio al Señor.
Religiosas de Detroit, Estados Unidos, en la celebración de los aniversarios más notables de su consagración religiosa. Foto: Detroit Catholic. |
«Desde la enseñanza de la próxima generación de católicos en las escuelas hasta el cuidado de los enfermos y las personas sin hogar en hospitales y refugios, los religiosos profesos de hoy cumplen una función vital en la vida de la Iglesia», recordó el servicio informativo de la Arquidiócesis, Detroit Catholic. «Pero tal vez ninguna función sea más importante que el compromiso desinteresado que cada religiosa prometió hacer para honrar a Jesús a través del poder del Espíritu Santo».
La celebración junto a las religiosas se realizó el pasado 18 de mayo, y Mons. Vigneron destacó el compromiso de ser «fieles administradores del Evangelio», incluso cuando sus votos hayan sido profesados 85 años atrás, como es el caso de la Hna. Charlotte Walby, la religiosa con mayor tiempo de servicio en la conmemoración. Tres religiosas más celebraron 80 años de consagración: la Hna. Mary Anita Niemiec, la Hna. Mary Fidelis Szymkowiak, y la Hna. Mary Luiza Wawrzyniak.
La vida religiosa consagrada expresa, en palabras de San Juan Pablo II la íntima esencia «esponsal» de la vida de la Iglesia. «En ella encuentra nuevo impulso y fuerza el anuncio del Evangelio a todo el mundo. En efecto, se necesitan personas que presenten el rostro paterno de Dios y el rostro materno de la Iglesia, que se jueguen la vida para que los otros tengan vida y esperanza», indicó el Pontífice en su Exhortación Apostólica Vita Consecrata. «La Iglesia tiene necesidad de personas consagradas que, aún antes de comprometerse en una u otra noble causa, se dejen transformar por la gracia de Dios y se conformen plenamente al Evangelio».
Con información de Detroit Catholic.
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