Ciudad del Vaticano (Lunes, 27-05-2019, Gaudium Press) En Audiencia privada realizada este viernes 24/05, el Papa Francisco recibió a miembros de la Asociación de los Museos Eclesiásticos de Italia.
En el encuentro el Papa saludó a todos los presentes, pero, no habló. Él hizo apenas un rápido saludo y entregó su discurso, preparado de antemano, a la Presidente.
En un breve saludo, dijo Francisco:
«Agradezco a la señora Presidente por sus palabras… ¡buen día a todos!
Ahora yo tendría que hacer un discurso para ustedes, pero en este momento, en la Sala Pablo VI, más de 5.000 personas me están esperando: si hago el discurso para ustedes, ellos quedarán sentidos por la demora y no podré saludar a todos… me gustaría saludar a todos ustedes, uno a uno…
Por eso, entregaré el discurso a la Presidente, tomaremos algunas fotos y comenzaré a saludar a partir de la segunda fila, porque la primera ya saludé».
Museos Eclesiásticos: reflejos de la santidad del Pueblo de Dios
En el discurso preparado el Papa inicia recordando la importancia de los museos «en la integración de la historia y la cultura de un determinado lugar».
Al hablar de la particularidad de los museos eclesiásticos dijo:
«Los museos son obras que representan el rostro de la Iglesia, su fecundidad artística y artesanal, su vocación de comunicar un mensaje que es la Buena Nueva».
«Un mensaje que debe ser para todos, no para pocos elegidos. ¡Todos tienen derecho a la cultura bella!»
Después de comentar sobre la formación y la actualización como intercambio de experiencias con otros museos, el Papa reiteró la importancia del diálogo con los artistas contemporáneos, explicando que «es un trabajo ‘de frontera’, indispensable para continuar el diálogo que la Iglesia siempre tuvo con los artistas».
Por último el Pontífice recuerda que «los museos eclesiásticos son también reflejos de la santidad del Pueblo de Dios. ¡Es fascinante esta perspectiva!
(…) La santidad es la belleza más verdadera de la Iglesia, una belleza que da sentido y pleno valor al servicio a la Iglesia y en la Iglesia». (JSG)
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