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Managua (Martes, 28-05-2019, Gaudium Press) En el marco de su reunión en Guadalajara – México, entre el 13 y 17 de mayo pasados, la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina – AUSJAL, emitió un pronunciamiento donde se pronuncian acerca de la «dolorosa situación por la que atraviesan la República de Nicaragua y la República Bolivariana de Venezuela».
«Las graves crisis de gobernabilidad y de derechos humanos en Nicaragua y Venezuela se caracterizan por una brutal represión de parte de dichos gobiernos contra la población civil, lo que ha resultado en miles de personas asesinadas, heridas, denigradas y apresadas injustamente, a la vez que gran número de la población ha tenido que exiliarse o emigrar», declaró la AUSJAL en su comunicación.
Tras condenar la violencia y la represión, exhortar al respeto de los derechos humanos y solidarizarse con los pueblos de Nicaragua y Venezuela, la AUSJAL expresa una especial solidaridad con el P. José Alberto Idiáquez, s.j., rector de la Universidad Centro Americana – UCA, «quien ha sido amenazado de muerte por su trabajo en defensa la vida y los derechos humanos».
Nicaragua: 102 presos políticos desaparecidos
En documento de 80 páginas sobre violación a los derechos humanos por parte del régimen nicaragüense, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos – Cenidh, denuncia que desde el inicio del conflicto en el país centroamericano en abril de 2018, se han hecho 777 presos políticos, de los cuáles 295 aún siguen privados de libertad, desconociéndose el paradero de otros 102, que son identificados por sus familiares como detenidos.
El informe declara también que es posible «constatar que la represión, la criminalización y la estigmatización de la protesta social llevan consigo violaciones no sólo a los derechos a la libertad de expresión, asociación y movilización, sino a otros derechos fundamentales como la vida, la integridad, la seguridad jurídica y la libertad, entre otros».
El domingo pasado: fuerte despliegue de la Policía Orteguista para impedir la protesta social
Para el domingo pasado la Unidad Nacional Azul y Blanco – UNAB, había convocado una marcha en Managua, exigiendo, entre otras reivindicaciones, la liberación de los presos políticos. Pero el régimen no permite la protesta pacífica, y por ello se dio un despliegue policial inédito por los lugares por donde se desarrollaría la marcha.
Ante el hecho, la Alianza Cívica – AC, emitió comunicado en el que declara que «a pesar de que el Gobierno de Nicaragua dice diariamente que ‘tiene voluntad de diálogo y está avanzando en el cumplimiento de los acuerdos’, los hechos y sus acciones muestran lo contrario. Ya es una política sistemática y generalizada del Gobierno de Nicaragua, hacer uso irresponsable, irracional y desproporcionado de la fuerza». Por su parte la Unidad Nacional Azul y Blanco – UNAB calificó lo ocurrido como «Estado de sitio y Estado de Excepción de Facto»: «El régimen Ortega Murillo se impone únicamente por la fuerza y la represión. Teme al pueblo porque sabe que está perdido y porque actúa de una manera despótica», se lee en comunicado difundido ayer domingo.
Viendo la militarización de los lugares donde se realizaría la marcha, esta se trasladó a diversas iglesias. Rápidamente la Catedral de Managua se vio rodeada de policías, y un joven recibió un impacto de bala de goma en la frente y dos señoras fueron alcanzadas por chibolas, disparadas por oficiales según manifestaron.
El balance dado por la UNAB de la jornada del domingo es de siete secuestros realizados por la Policía del régimen, de los cuáles cuatro fueron libertados y tres resultaron heridos.
Con información de Confidencial
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