Ciudad del Vaticano (Miércoles, 29-05-2019, Gaudium Press) En la Misa celebrada ayer martes, 28/05, en la Capilla de la Casa Santa Marta por el Papa Francisco, el protagonista del trecho del Evangelio propuesto por la liturgia es el Espíritu Santo.
Dijo el Papa:
«En el discurso de despedida a los discípulos antes de subir al Cielo, Jesús nos hace una verdadera catequesis sobre el Espíritu Santo».
Jesús nos explica quién él es, continua Francisco.
Los discípulos quedaron tristes al oír que Jesús los dejará y Jesús los reprehende por eso. Francisco afirmó:
«No, la tristeza no es un comportamiento cristiano». ¿Pero cómo no estar triste? «Contra la tristeza, en la oración, pedimos al Señor para que guarde en nosotros la juventud renovada del espíritu».
Para el Papa el Espíritu Santo actúa aquí porque es Él que hace que haya en nosotros esa juventud que nos renueva siempre.
«Un santo triste es un triste santo»
El Papa citó una frase de un santo que decía: «Un santo triste es un triste santo». «Por tanto, un cristiano triste es un triste cristiano y eso no es bueno. La tristeza no entra en el corazón del cristiano, porque él es joven», afirmó Francisco.
Para el Pontífice, el Espíritu Santo es aquel que nos torna capaces de cargar las cruces y él citó el ejemplo de Pablo y Silas que en la prisión cantaban himnos a Dios, conforme lo dice la primera lectura del día, extraída del Libro de los Hechos de los Apóstoles.
El Espíritu Santo renueva todas las cosas
El Espíritu Santo renueva todas las cosas. «El Espíritu Santo es aquel que nos acompaña en la vida, que nos sustenta. Es el Paráclito», subrayó el Papa.
«Muchas veces nosotros pensamos que el Espíritu Santo es un paralítico, que no hace nada… Al contrario, paráclito es Aquel que nos sustenta.
Paráclito: la palabra paráclito significa «aquel que está a mi lado para apoyarme», para que yo no caiga, para que yo vaya adelante, para que yo conserve esa juventud del Espíritu.
El cristiano es siempre joven: siempre.
Cuando el corazón del cristiano comienza a envejecer, su vocación de cristiano comienza a disminuir. O tú eres joven de corazón y de alma o tú no eres cristiano».
El dolor en la vida
Francisco continuó sus palabras afirmando que en la vida habrá dolor: Pablo y Silas fueron azotados y sufrieron, «pero estaban llenos de alegría, cantaban…».
Eso es juventud. Una juventud que te hace mirar siempre la esperanza. ¡Es eso, adelante! Pero, para tener esa juventud es necesario un diálogo cotidiano con el Espíritu Santo, que está siempre a nuestro lado.
Es el gran regalo que Jesús nos dejó: ese apoyo, lo que hace a la gente seguir adelante.
El pecado envejece el alma
Aunque seamos pecadores, el Espíritu nos ayuda a arrepentirnos y nos hace mirar adelante. «Hable con el Espíritu», dijo el Papa. «Él te apoyará y te dará nuevamente la juventud».
El pecado, por otro lado, envejece: «Envejece el alma, envejece todo». Francisco subrayó además: «Jamás esta tristeza pagana».
En la vida hay momentos difíciles, pero en esos momentos «sentimos que el Espíritu nos ayuda a ir adelante (…) y superar las dificultades. Hasta incluso el martirio». (JSG)
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