Madrid (Viernes, 31-05-2019, Gaudium Press) El 23 de junio, en la solemnidad del Corpus Christi, la Iglesia en España celebrará el Día de la Caridad. Con ocasión de esta jornada, los Obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, han hecho público un mensaje que han titulado «Y Renuevas la faz de la tierra», tomado del Salmo 103, que es a la vez el lema del Día de la Caridad.
La misiva está dividida en tres partes con los siguientes títulos: La creación alaba a su Creador, Tus criaturas custodiamos la belleza y la dignidad humana; y La caridad defiende la faz de los pobres.
Sobre la primera parte, los Obispos señalan que «la creación es bella porque ha salido de las entrañas del Creador», de ahí que en la solemnidad del Corpus Christi, se salga a las calles de ciudades y pueblos para adorar al Santísimo Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, engalanándolas «con el color y la fragancia de flores y plantas, tomillo y hierbabuena… lo mejor de nuestros campos y jardines para el Cuerpo de Cristo».
Los Obispos recuerdan que «la Eucaristía sin caridad se convierte en un culto vacío» / Foto: CEE. |
«Él nos bendice pasando por donde vivimos y nosotros lo alabamos con los frutos y semillas de la tierra que nos sustenta», añaden los obispos, que luego hablan sobre la relación entre Eucaristía y creación, citando palabras de Benedicto XVI de la Exhortación Apostólica ‘Sacramentum caritatis’:
«Eucaristía y creación van estrechamente unidas. Al celebrar hoy la Eucaristía se puede ‘experimentar intensamente su carácter universal y, por así decir, cósmico. ¡Sí, cósmico! Porque también cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia en el campo, la Eucaristía se celebra en cierto sentido, sobre el altar del mundo'».
En cuanto a la segunda parte, los Obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, recuerdan que en la fiesta de Corpus Christi, «el Señor nos llama a descubrirle y a encontrarnos con su imagen en todos los hombres y mujeres, sirviéndole en cada uno de ellos, de modo especial, y con inmensa misericordia y compasión, en los más pobres, frágiles y necesitados».
Señalan que el Día de la Caridad es ocasión para orar y «pedir con insistencia y de manera reiterada a la Trinidad Santa que purifique nuestra mirada (…) Sólo así podremos ver con los ojos del corazón, asombrarnos y custodiar la dignidad del hombre, creado imagen y semejanza de Dios. Los ojos de la fe son los que ven lo bello de cada persona y se maravillan ante la belleza de la creación y el amor sin límites del Creador».
En la última parte, los prelados rememoran que no hay Eucaristía sin caridad, puesto que «la Eucaristía sin caridad se convierte en un culto vacío».
Por esta razón elevan una oración al Espíritu Santo para que «haga de nuestra vida una entrega creíble en todo momento a los ‘heridos por la vida’: los pobres; sedientos de Dios; transeúntes; emigrantes con sus adversidades; refugiados; familias desestructuradas; marginados; personas atrapadas y esclavizadas por las drogas, el alcohol u otras dependencias; la trata de mujeres en la esclavitud de la prostitución; las estrecheces por las que pasan los desempleados; ancianos solos; enfermos mentales; necesitados de compasión».
Concluyen, además, que el Cuerpo de Cristo «nos urge a acompañar a los pobres y construirles andamios de esperanza en un futuro mejor, como Dios quiere».
Con información de la Conferencia Episcopal Española.
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