Redacción (Viernes, 07-06-2019, Gaudium Press)
¡Ven Espíritu Santo, Incendiad la Tierra!
Hace siglos la Iglesia implora,
¡Ven Espíritu Santo!, a renovar la tierra,
Valle de lágrimas envilecido por el pecado,
transformado por la revolución anticristiana,
en pantano de egoísmos, igualitarismo y miseria.
«He venido a traer fuego a la tierra» (Lc 12, 49-53)
dijo el Señor a sus discípulos.
Fuego divino de amor, que enciende los corazones,
ilumina en los abismos y acrisola en la prueba.
¡Ven Espíritu Santo! Nuevo diluvio de fuego,
Ardor profético que destruye la Babel del mundo,
dispersa los enemigos del hombre,
enardece y depura al que por tí hace la guerra.
Junto a tu divina esposa, engendra nuevos hijos,
sacerdotes, guerreros y exorcistas, apóstoles de los últimos tiempos,
hombres y mujeres tales, que no corra sangre,
sino brasas ardientes por sus venas.
¡Apiádate Señor! y escucha nuestro clamor,
¡Ven Espíritu Santo! A este mundo donde no existe inocencia.
Donde el padre de la mentira ha puesto ya su trono,
deseando con frémitos de odio profanar lo más sagrado…
En tu nombre Señor se blasfema, se confunden las masas,
falsos profetas proliferan, se burlan tus enemigos.
¡Basta ya! ¡No permitas que te ofendan más! ¡Incendiad la tierra!
¿No es hora ya de que descienda tu fuego en este mundo?
Fuego destructor del mal, purificador del bien,
pero primero Señor, nuevo pentecostés,
en las almas de aquellos que te esperan.
¡Gran Retorno! tan esperado, implorado…
¡Ven Espíritu Santo! A escribir el capítulo de oro en la historia,
La única y verdadera Iglesia vence por fin la revolución,
por la diestra de María. ¡Venga a nosotros tu Reino! Amén.
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