Guadalajara (Lunes, 10-06-2019, Gaudium Press) El Santuario de los Mártires Mexicanos fue la sede de las ordenaciones sacerdotales de la Arquidiócesis de Guadalajara, México, notables por el número de nuevos sacerdotes, 35, quienes ya fueron enviados a destinos en todo el estado de Jalisco. La ceremonia fue presidida por el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y Rector del Seminario del Señor San José.
Ordenaciones sacerdotales en el Santuario de los Mártires de Guadalajara. Foto: Arzobispado de Guadalajara. |
El purpurado explicó que la celebración de los sacramentos son ejemplo de la acción continua del Espíritu Santo en medio de su Iglesia. «Cristo actúa palpablemente en su Iglesia, una muestra es que a estos jóvenes el Espíritu Santo les infunde el deseo de renunciar a tantas cosas a las que tienen derecho para consagrar su vida a Dios al servicio de sus hermanos», predicó. «Estos jóvenes que fueron unidos a Cristo por el bautismo y que recibieron al Espíritu Santo mediante la Confirmación, hoy serán marcados con un sello que los identificará plenamente con Cristo por la fuerza del Espíritu Santo y quedarán marcados para la eternidad».
El Cardenal Robles indicó que el seguimiento de Cristo es posibilitado por la acción del Espíritu Santo que suscita fortaleza a quienes desean servir a Dios. «Lo que menos necesita la Iglesia en este momento es que le pongamos más manchas en su rostro, ya tiene suficientes. Tanto que a muchos hermanos y hermanas les cuesta reconocerla. Hay quienes se avergüenzan de seguir perteneciendo a la Iglesia, hay quienes se han alejado», lamentó el Arzobispo. «La Iglesia necesita sacerdotes que quieran limpiar y embellecer el rostro de la Iglesia con su coherencia de vida».
El purpurado hizo un llamado a los más de 10 mil creyentes congregados en el Santuario de los Mártires a orar por los nuevos presbíteros, «pidiéndole a Dios que los mantenga siempre fieles a la misión de anunciar la Buena Nueva a todos los hombres». Para los nuevos sacerdotes suplicó a Dios que «reciban la plenitud del Espíritu Santo y se mantengan fieles al don de ser testigos de Cristo y de ser enviados».
Con información de Prensa Arquidiócesis de Guadalajara.
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