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No podemos quedarnos encogidos y timoratos

Redacción (Lunes, 17-06-2019, Gaudium Press) Estando en el Monte de los Olivos, pocos días antes de la Santa Cena, Jesús habló a los Apóstoles respecto al fin del mundo y de las señales que precederán ese magno acontecimiento.

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Ataques externos e internos

Se refirió Él a la «¡abominación desoladora, de la que habló el Profeta Daniel, instalada en el Lugar santo – el lector entienda!» (Mt 24, 15).

Ese profeta afirma que tal abominación ocurrirá en el Templo (cf. Dn 9, 27). ¡Cuántas cosas hediondas ocurren hoy en lugares sagrados!

Nuestro Señor trató también sobre las persecuciones que los buenos sufrirían (Cf. Lc 21, 12), y que se aplican a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana.

A lo largo de sus dos milenios, la Esposa de Cristo padeció terribles embestidas. «Nos basta recordar las persecuciones romanas, la invasión de los bárbaros, el arrianismo, los cátaros y albigenses, Avignon, el Renacimiento, Protestantismo y Humanismo, la Revolución Francesa, el Comunismo.

«O sea, la Santa Iglesia viene recibiendo los más violentos ataques que la Historia haya conocido, ya sea externa ya sea internamente».

Arrancar la niña de los ojos

¿Cómo se persigue la Iglesia?

Responde el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira:

«Atentando contra sus derechos o trabajando para de ella alejar las almas. Todo acto por el cual se aleja de la Iglesia un alma es un acto de persecución a Cristo.

«Toda alma es, en la Iglesia, un miembro vivo. Arrancar un alma a la Iglesia es arrancar un miembro al Cuerpo Místico de Cristo. Arrancar un alma a la Iglesia es hacer a Nuestro Señor, en cierto sentido, lo mismo que nos harían si nos arrancasen la niña de los ojos».

¿Y cómo se arrancan actualmente millones de almas a la Iglesia?

Induciéndolas a cometer pecados, entre otros medios a través de los escándalos.

«El mundo hoy está invadido, encharcado y desbordante de escándalos por todos los rincones. Son escándalos en las modas, las conversaciones, los modos de ser; son escándalos en la televisión, en internet, en el cine; son escándalos en los diarios, las revistas, en el relacionamiento social. ¿Dónde no hay escándalo y la inocencia no va siendo tragada por el remolino de la impureza y la deshonestidad?

¿Cuál será, pues, la reacción de Nuestro Señor a esta avalancha de pecados de dimensiones inauditas?»

Haces de la Luz de Cristo

«Erróneo sería pensar que durante las persecuciones cabe a los buenos quedarse encogidos y timoratos, incapaces de cualquier acción. Al contrario, le dan ellas oportunidad a testimoniar con coraje la buena doctrina delante de aquellos que se desviaron del camino correcto.

«Al afirmar que las puertas del Infierno no prevalecerán contra su Iglesia (cf. Mt 16, 18), estableció el Divino Fundador que ella será no apenas invencible, sino siempre triunfante. Así, por más que los infiernos, no pudiendo destruirla, se organicen para sofocarla, jamás conseguirán impedir su actuación. Y, sean cuales fueren las apariencias, la Luz de Cristo permanecerá en su Esposa con todo su poder y grandeza, aguardando el momento de manifestarse de forma intensa, majestuosa e irresistible.

«En esas horas de tempestad, suscita la Providencia testigos de la Fe que sean haces de la Luz de Cristo que rasguen la oscuridad de la probación. Muchas veces, inclusive, Dios se utiliza de instrumentos frágiles, de modo a dejar más patente su omnipotencia: Gedeón, último hombre de la tribu de Manasés; Judit, piadosa viuda; y los propios Apóstoles, simples pescadores. Y, si recorremos las grandes apariciones de la Virgen María, desde Guadalupe hasta Fátima, ¿a quién vemos como receptores del mensaje sino personas de escasa cultura y predicados? […]

«Santa Juana de Arco, por ejemplo, era una campesina sin estudios; sus respuestas, entretanto, confundieron al tribunal que la juzgaba, por la extraordinaria profundidad teológica».

Y en el siglo XX hubo un varón – Plinio Corrêa de Oliveira – que defendió la Santa Iglesia contra sus enemigos velados o declarados, con intrepidez, garbo y ufanía, a través de su ejemplo y de conferencias, libros, artículos de diario y revista. Su obra magna, «Revolución y Contra-Revolución», venida a la luz en 1959 – con ediciones en los principales idiomas del Occidente -, se tornó el libro de cabecera de todos los que deseaban y desean hacer parte de la familia de almas de sus seguidores.

Dictadura del relativismo

Uno de los mayores enemigos de la Iglesia, en nuestros días, que lleva muchísimas almas a la perdición, es el relativismo moral y religioso.

Respecto a él, el entonces Cardenal Ratzinger – futuro Papa Benedicto XVI – afirmó:

«Cuántos vientos de doctrina conocemos en estos últimos decenios, cuántas corrientes ideológicas, cuántas modas del pensamiento…
La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos fue muchas veces agitada por estas olas, lanzada de un extremo a otro: del marxismo al liberalismo, hasta al libertinaje, al colectivismo radical; del ateísmo a un vago misticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, y por ahí por delante.

«Cada día surgen nuevas sectas y se realiza cuanto dice San Pablo acerca del engaño de los hombres, de la astucia que tiende a llevar al error (cf. Ef 4, 14). Tener una fe clara, según el Credo de la Iglesia, muchas veces es clasificado como fundamentalismo. Mientras el relativismo, esto es, dejarse llevar ‘aquí y más allá por cualquier viento de doctrina’, aparece como la única actitud a la altura de los tiempos hodiernos.

«Se va constituyendo una dictadura del relativismo que nada reconoce como definitivo y que deja como última medida apenas el propio yo y sus voluntades».

Pidamos a Nuestra Señora sabiduría y fortaleza de alma para defender la Santa Iglesia, seguros de que sus enemigos serán aplastados y ella triunfará de modo esplendoroso dando origen al Reino de María.

Por Paulo Francisco Martos

(in «Noções de História Sagrada» – 196)

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Bibliografía

CLÁ DIAS, João Scognamiglio. EP. O inédito sobre os Evangelhos. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana; São Paulo: Instituto Lumen Sapientiae, 2014, v. IV
CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. A cena do Horto se repete… In revista Dr. Plinio, São Paulo. Ano V, n. 48 (março 2002), p. 7.
RATZINGER, Joseph. Homilia na Missa Pro Eligendo Romano Pontifice, de 18/4/2005.

 

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