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Maumere (Lunes, 17-06-2019, Gaudium Press) La isla de Flores en Indonesia, ha llegado a ser como el semillero de las vocaciones para la Iglesia Católica, con presencia de numerosas comunidades religiosas que cosechan frutos de vocaciones tanto a la vida sacerdotal como religiosa. El Obispo de Maumere, Mons. Ewaldus Martinus Sedu, describió los aspectos que considera de mayor influencia para esta abundancia de seminaristas y religiosos.
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| El Obispo de Tanjung Karang, Mons. Yohanes Harun Yuwono, ordena a cinco nuevos sacerdotes. Foto: AsiaNews. |
«Nuestra Iglesia local hoy es una Iglesia misionera. Tenemos más de 500 sacerdotes y religiosos enviados como misioneros a Indonesia y al mundo», relató el prelado a la agencia Fides. «Somos una Iglesia bendecida por el Señor con muchas vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada. Pero la cuna de estas vocaciones es la familia».
La Diócesis de Maumere cuenta con la excepcional condición de ser casi completamente católica (87% de la población profesa la fe católica, mientras los creyentes representan apenas cerca del 3% de los habitantes del país) en un país predominantemente musulmán. Su pasado como colonia portuguesa le permitió un gran contacto con la fe y la cultura católicas, una gran presencia de comunidades religiosas y una práctica de fe arraigada. «Nuestras familias católicas viven la fe con devoción y profundidad, se acercan a los sacramentos, practican la caridad. Este es el entorno donde la semilla de la llamada de Dios puede brotar», indicó el Obispo.
«En nuestra comunidad hay numerosas congregaciones religiosas masculinas y femeninas: verbitas, pasionistas, jesuitas, franciscanos, camilianos, somascos, rogacionistas, vocacionistas y muchos otros. La comunidad es viva y es dinámica y las vocaciones a la vida consagrada están floreciendo», agregó Mons. Sedu. «En Maumere tenemos uno de los Seminarios Católicos (que también es un instituto para la formación en filosofía y teología) que se encuentra entre los más grandes del mundo, con más de mil estudiantes. Estamos comprometidos en el trabajo de la educación, en el trabajo social, pero lo más importante es el testimonio del Evangelio en la familia. Todo viene de allí».
La opinión del Obispo coincide con la de la formadora de Vocaciones Nativas en Filipinas, Hna. Inocencia Rodrigo. «En Vietnam e Indonesia hay muchas vocaciones, porque la familia cuida su vida cristiana», relató el año anterior a Ecclesia Digital. «Los países en los que los cristianos son minoría, la familia reza unida y se reúnen con otras familias para rezar. Allí la semilla de la vocación crece y florece».
Con información de Fides y Ecclesia.
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