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Colombo – Sri Lanka (Viernes, 21-06-2019, Gaudium Press) Hace dos meses orquestados atentados contra cristianos abalaron y esparcieron pánico en Sri Lanka.
Era 21 de abril, domingo de Pascua cuando el odio religioso bramó y atentados fueron perpetrados contra tres iglesias cristianas y hoteles en Colombo: 300 personas murieron y 500 quedaron heridas y mucha gente tiene miedo de ir a una Iglesia.
De acuerdo con ACI, Veronique Voguel, que pertenece a una organización católica, viajó y fue hasta Sri Lanka para informar y conocer personalmente la situación en que viven los cristianos en la isla.
«Las medidas de seguridad en todo Sri Lanka fueron muy grandes durante nuestra visita; las fuerzas de seguridad y los militares estaban presentes en todos los lugares. Particularmente, la población cristiana todavía tiene miedo.
Se sabe que el Domingo de Pascua había más personas implicadas en los atentados que aquellas que fueron investigadas y presas posteriormente.
De este modo, todo el mundo sabe exactamente: en algún lugar todavía hay personas muy peligrosas en libertad, que podrían atacar nuevamente en cualquier momento», dijo Voguel.
Reapertura de las Iglesias – las campanas espantan
El pasado día 21 de mayo las iglesias de Sri Lanka reabrieron.
Pero los fieles están con miedo, ellos «se sienten atemorizados cuando oyen el sonido de las campanas. Es un testimonio afligido de cómo los recuerdos del Domingo de Pascua son angustiantes para ellos».
Estos fieles «no entienden por qué ese sufrimiento les ocurrió después de la situación relativamente tranquila de los últimos años».
Entretanto, «tienen una inmensa voluntad de vivir y una fe fuerte.
Solo la Fe vence el Miedo
Voguel visitó un convento franciscano en la ciudad de Negombo que queda en frente a la iglesia católica de San Sebastián, donde por lo menos 100 personas fueron muertas durante los ataques.
«Los franciscanos nos mostraron vídeos con escenas terribles del día del crimen; nos dijeron que luego de las explosiones, fueron al lugar para cuidar de los heridos y recoger los muertos», recordó Voguel.
Entretanto, Voguel resaltó que, «a pesar de esas experiencias traumáticas, son actualmente un testimonio de caridad vivida, que no dejan que la fe y la voluntad de ayudar desaparezcan por causa del terror y la violencia». (JSG)
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