Menú 
Ciudad del Vaticano (Lunes, 24-06-2019, Gaudium Press) Mons. Dario Campos, de la Arquidiócesis de Vitória, Mons. João Inácio Muller, de la Arquidiócesis de Campinas y Mons. João Justino de Medeiros Silva, de Montes Claros serán los tres arzobispos brasileños que recibirán el palio de Arzobispo de las manos del Papa.
La ceremonia de imposición de los palios a los nuevos Arzobispos se realiza generalmente en la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, 29 de junio. Esta ceremonia es presidida por el Papa.
Después de la celebración, el Pontífice conduce la oración mariana del Ángelus al mediodía, en la Plaza San Pedro.
El Palio
El palio es confeccionado por las monjas benedictinas del Monasterio de Santa Cecilia, en Roma, que utilizan la lana de dos corderos que son ofrendados al Papa por las jóvenes romanas el día 21 de enero (fiesta de Santa Inés), en una misa pontifical en la Basílica de Santa Inés Extramuros.
Bendición
Los palios nuevos son bendecidos por el Papa, guardados en un arca de plata, junto a las reliquias, en la tumba del Apóstol San Pedro.
El palio es entregado por el Papa el día 29 de junio de cada año, solemnidad de San Pedro, a los Metropolitas, nombrados desde la celebración del año anterior.
Historia
Antiguamente, el palio ya fue conferido, en Roma, por un Cardenal-Diácono y, fuera de Roma, por un obispo, Nuncio apostólico o legado, siendo que en ambos casos, la ceremonia ocurría después de la celebración de la misa y del juramento.
Desde el Concilio Vaticano II, la ceremonia renovada prescribe la bendición y recepción en la primera parte de la misa, después de la homilía.
Los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI se encargaron de que todos los nuevos arzobispos fuesen personalmente a Roma a recibir el palio de manos del pontífice y prestar el juramento a sus pies, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo.
En 2015, el Papa Francisco modificó el Rito de entrega del Palio Arzobispal a los nuevos Metropolitanos:
A partir de ahora la faja de lana blanca será entregada y no colocada por el Santo Padre. Como manda la tradición el 29 de junio, en la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, el Papa entrega el palio a cada uno de los nuevos arzobispos metropolitanos, pero la imposición del Palio a los nuevos arzobispos será realizada en las respetivas diócesis de origen por la mano de los Nuncios Apostólicos locales.
Quién usa
El Palio es usado por el Papa simbolizando la plenitud del poder y el munus pontificio.
El Papa puede usarlo en cualquier lugar del mundo, en función de su jurisdicción universal.
Además del Papa, el palio es de uso exclusivo de los arzobispos metropolitanos.
El palio también es conferido al Patriarca Latino de Jerusalén.
Las tradiciones precedentes que permitían el privilegio de algunos obispos usar el palio fueron extintas por un motu proprio del Papa Pablo VI en 1978.
Un arzobispo metropolitano puede usar su palio, como señal de su jurisdicción, no solamente en su propia arquidiócesis, sino en cualquier lugar en su provincia eclesiástica siempre que celebre la misa.
Aunque el palio sea reservado actualmente, apenas a los metropolitanos, una única excepción ha sido hecha, la concesión al cardenal-decano del Sacro Colegio.
El palio es usado sobre la casulla, siendo que solamente el Papa puede usarlo sobre el fano, que queda entre la casulla y el palio.
Palio Arzobispal
Un arzobispo no puede usar el palio hasta que el Papa le confiera esta insignia, lo que ocurre normalmente, el día 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Toda vez que asume una nueva Arquidiócesis, los arzobispos deben hacer una nueva solicitud del palio al Vaticano.
Un arzobispo que, eventualmente, no reciba el palio puede, consecuentemente, no ejercer algunas de sus funciones como metropolitano y no gozar de algunas de sus prerrogativas.
De la misma forma, después de su renuncia, el arzobispo ya no puede usar más el palio. Si es transferido a otra arquidiócesis debe hacer nuevo pedido de nuevo palio.
Simbolismo
En realidad, el simbolismo del palio es todavía más concreto: la lana de cordero pretende representar la oveja perdida o también la oveja enferma y la oveja débil, las cuales el pastor pone a sus hombros y conduce a las aguas de la vida.
La parábola de la oveja extraviada, que el pastor busca en el desierto era, para los Padres de la Iglesia, una imagen del misterio de Cristo y la Iglesia.
Desde el siglo VI, el palio fue considerado vestidura litúrgica, para ser usada solamente en la Iglesia y, sin duda, solamente durante la misa, a menos que un privilegio especial determinase de otra manera. (JSG)
Deje su Comentario